Su luz se retiró del mundo, el cual se había expandido por culpa de que su aura divina buscaba calmar la perturbación causado, como si solo un cálido manto los hubiera acariciado el alma a los mortales, y fue directo a su casa. Donde levantó una protección y cupula contra todo ataque que sería consumido para su propia vitalidad, protegió a quien debía proteger -revitalizó con su misma esencia el collar de su amado–, sus acciones eran automaticos y frivolos como cuando ella se movía con esa frialdad abismal cuando su ira no se calma por completo.
Se sentó bajo el sereno de la noche y madrugada, y se quedo con la mirada perdida en sus manos, contando cada hilo de vitalidad que manejaba, escuchando cada risa del mundo, cada emocion negativa o positiva del mundo, buscando algo que su aura pudiera ser calmada.
Ese día no durmió, una noche donde no soñó, y donde nadie saldría ileso de su gran molestia que, chispeante como palos de una fogata iban quemándose, pero todavía el fresco del manto de Selene no apagaba del todo su ira ni aquel fuego perturbado.
Su ira contenida, su perturbación.
Sus ojos dorados no se volvieron celestes, su cuerpo no se volvió pacífico y su mente solo se quedó en la deriva del tiempo, sin notar el paso del tiempo, solo contando los hilos de vitalidad como si ella fuera el pastor de miles de ovejas doradas.
Sentada en pasto del prado, esperando que Kᴀᴇʀᴜ 𝚃𝚒𝚖𝚎 𝙶𝚞𝚊𝚛𝚍𝚒𝚊𝚗 volviera a casa.
Se sentó bajo el sereno de la noche y madrugada, y se quedo con la mirada perdida en sus manos, contando cada hilo de vitalidad que manejaba, escuchando cada risa del mundo, cada emocion negativa o positiva del mundo, buscando algo que su aura pudiera ser calmada.
Ese día no durmió, una noche donde no soñó, y donde nadie saldría ileso de su gran molestia que, chispeante como palos de una fogata iban quemándose, pero todavía el fresco del manto de Selene no apagaba del todo su ira ni aquel fuego perturbado.
Su ira contenida, su perturbación.
Sus ojos dorados no se volvieron celestes, su cuerpo no se volvió pacífico y su mente solo se quedó en la deriva del tiempo, sin notar el paso del tiempo, solo contando los hilos de vitalidad como si ella fuera el pastor de miles de ovejas doradas.
Sentada en pasto del prado, esperando que Kᴀᴇʀᴜ 𝚃𝚒𝚖𝚎 𝙶𝚞𝚊𝚛𝚍𝚒𝚊𝚗 volviera a casa.
Su luz se retiró del mundo, el cual se había expandido por culpa de que su aura divina buscaba calmar la perturbación causado, como si solo un cálido manto los hubiera acariciado el alma a los mortales, y fue directo a su casa. Donde levantó una protección y cupula contra todo ataque que sería consumido para su propia vitalidad, protegió a quien debía proteger -revitalizó con su misma esencia el collar de su amado–, sus acciones eran automaticos y frivolos como cuando ella se movía con esa frialdad abismal cuando su ira no se calma por completo.
Se sentó bajo el sereno de la noche y madrugada, y se quedo con la mirada perdida en sus manos, contando cada hilo de vitalidad que manejaba, escuchando cada risa del mundo, cada emocion negativa o positiva del mundo, buscando algo que su aura pudiera ser calmada.
Ese día no durmió, una noche donde no soñó, y donde nadie saldría ileso de su gran molestia que, chispeante como palos de una fogata iban quemándose, pero todavía el fresco del manto de Selene no apagaba del todo su ira ni aquel fuego perturbado.
Su ira contenida, su perturbación.
Sus ojos dorados no se volvieron celestes, su cuerpo no se volvió pacífico y su mente solo se quedó en la deriva del tiempo, sin notar el paso del tiempo, solo contando los hilos de vitalidad como si ella fuera el pastor de miles de ovejas doradas.
Sentada en pasto del prado, esperando que [Kaeru_clock.guard] volviera a casa.
0
turnos
0
maullidos