Park Elite Models- Despacho privado de Soo-min
09:26 a.m.
Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad.
La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises.
El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso.
Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos.
Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero.
Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados.
Otros… tachados con una línea seca.
En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco.
No levantó la vista enseguida. Terminó de leer.
Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa.
Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero.
Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó.
Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz.
—¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera?
Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación.
—¿En qué puedo ayudarte?
Había café para uno. Pero espacio para dos.
Y un reloj que no se detenía.
Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad.
La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises.
El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso.
Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos.
Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero.
Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados.
Otros… tachados con una línea seca.
En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco.
No levantó la vista enseguida. Terminó de leer.
Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa.
Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero.
Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó.
Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz.
—¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera?
Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación.
—¿En qué puedo ayudarte?
Había café para uno. Pero espacio para dos.
Y un reloj que no se detenía.
🕰️ 09:26 a.m.
💬 Starter abierto — si entras, asegúrate de tener algo más que curiosidad.
La luz de la mañana entraba sesgada por las cortinas grises.
El aire olía a papel viejo, café fuerte… y algo más denso.
Como si las paredes hubieran aprendido a guardar secretos.
Soo-min estaba sentada tras el escritorio, revisando una carpeta roja de cuero.
Las hojas dentro llevaban nombres. Algunos subrayados.
Otros… tachados con una línea seca.
En la tapa, apenas visible, el sello del Tigre Blanco.
No levantó la vista enseguida. Terminó de leer.
Solo entonces cerró la carpeta con calma, la dejó a un lado, y entrelazó los dedos sobre la mesa.
Su expresión era neutra, pero en sus ojos… algo más suave. Una chispa de interés sincero.
Cuando la puerta se abrió, no frunció el ceño ni se tensó.
Al contrario, ladeó apenas el rostro, con un matiz de curiosidad en la voz.
—¿Nos conocemos? ¿O es mi café el que huele demasiado bien desde afuera?
Una pequeña sonrisa. Apenas una insinuación.
—¿En qué puedo ayudarte?
Había café para uno. Pero espacio para dos.
Y un reloj que no se detenía.
Tipo
Grupal
Líneas
30
Estado
Disponible
0
turnos
1
maullido