— Llámame anticuado. Las fiestas, las reuniones, hacerme amigo de todo el mundo, me repugna. Odio ver sus rostros hipócritas sintonizar la misma frecuencia día tras día, prefiero quedarme en casa y tomar un café. Nadie me molesta y no molesto a nadie. Solo quiero escribir tranquilamente todo lo que tengo en la cabeza.—
— Llámame anticuado. Las fiestas, las reuniones, hacerme amigo de todo el mundo, me repugna. Odio ver sus rostros hipócritas sintonizar la misma frecuencia día tras día, prefiero quedarme en casa y tomar un café. Nadie me molesta y no molesto a nadie. Solo quiero escribir tranquilamente todo lo que tengo en la cabeza.—
