Caminó y caminó hasta llegar nuevamente donde sería su hogar, donde ella fuera de travesura o travesía, a este lugar volvería. Ya no subiría a los cielos, por lo que se acercó a la casa rústica en ese monte pacífico; vio a su querido encanto y precioso corazón, dormir. Una lágrima se le escapa y desliza de su ojo izquierdo, había salido a caminar luego de dejar el Olimpo.

Se sentó entre esas cortas escaleras que tenía la casa, para observar el paisaje tranquilo. Podía escuchar murmullos, molestia, suplicas, pero ella solo cerró sus ojos.

—No sé como fuiste capaz de dejar todo atrás... Yo los sigo escuchando como susurros en el viento. —dijo como para él lo oiga. Solo su amado, Phos mou.
Caminó y caminó hasta llegar nuevamente donde sería su hogar, donde ella fuera de travesura o travesía, a este lugar volvería. Ya no subiría a los cielos, por lo que se acercó a la casa rústica en ese monte pacífico; vio a su querido encanto y precioso corazón, dormir. Una lágrima se le escapa y desliza de su ojo izquierdo, había salido a caminar luego de dejar el Olimpo. Se sentó entre esas cortas escaleras que tenía la casa, para observar el paisaje tranquilo. Podía escuchar murmullos, molestia, suplicas, pero ella solo cerró sus ojos. —No sé como fuiste capaz de dejar todo atrás... Yo los sigo escuchando como susurros en el viento. —dijo como para él lo oiga. Solo su amado, Phos mou.
Me entristece
1
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados