La Mano de la Reina había comenzado a hablarle a ésta hacía ya un buen par de minutos. Ella, ya estaba cansada de tanta charla sin sentido.
MR: — Va a convertir el reino en un baño de sangre, si es que ya no lo está convirtiendo. Su Majestad, por favor, escúcheme-.
La joven reina lo interrumpió.
— Pues, que lo sea, mi Lord. El fuego corre en mis venas, y ni usted, ni nadie, podrá apagarlo.
MR: — Va a convertir el reino en un baño de sangre, si es que ya no lo está convirtiendo. Su Majestad, por favor, escúcheme-.
La joven reina lo interrumpió.
— Pues, que lo sea, mi Lord. El fuego corre en mis venas, y ni usted, ni nadie, podrá apagarlo.
La Mano de la Reina había comenzado a hablarle a ésta hacía ya un buen par de minutos. Ella, ya estaba cansada de tanta charla sin sentido.
MR: — Va a convertir el reino en un baño de sangre, si es que ya no lo está convirtiendo. Su Majestad, por favor, escúcheme-.
La joven reina lo interrumpió.
— Pues, que lo sea, mi Lord. El fuego corre en mis venas, y ni usted, ni nadie, podrá apagarlo.

