<< Antes de la muerte de Lu Guang. >>
Ayla solía tener el cabello bastante largo, y aún hay fotos que lo evidencian, pero conforme iba entrenando más duro y volviéndose más diestra en las artes marciales se dio cuenta de que este a veces le resultaba un poco incómodo.
Sin embargo fue posponiendo el cortárselo y no fue hasta que su maestro falleció que aquella cortina de pelo blanco como la nieve pasó de rozar sus caderas a rozar sus hombros. Quizás lo hizo en ese momento porque no quería nada que le recordase al pasado y en general a aquellos días de plenitud.
A día de hoy no descarta el volver a dejárselo crecer como antes, pero de momento sigue manteniéndolo corto.
Ayla solía tener el cabello bastante largo, y aún hay fotos que lo evidencian, pero conforme iba entrenando más duro y volviéndose más diestra en las artes marciales se dio cuenta de que este a veces le resultaba un poco incómodo.
Sin embargo fue posponiendo el cortárselo y no fue hasta que su maestro falleció que aquella cortina de pelo blanco como la nieve pasó de rozar sus caderas a rozar sus hombros. Quizás lo hizo en ese momento porque no quería nada que le recordase al pasado y en general a aquellos días de plenitud.
A día de hoy no descarta el volver a dejárselo crecer como antes, pero de momento sigue manteniéndolo corto.
<< Antes de la muerte de Lu Guang. >>
Ayla solía tener el cabello bastante largo, y aún hay fotos que lo evidencian, pero conforme iba entrenando más duro y volviéndose más diestra en las artes marciales se dio cuenta de que este a veces le resultaba un poco incómodo.
Sin embargo fue posponiendo el cortárselo y no fue hasta que su maestro falleció que aquella cortina de pelo blanco como la nieve pasó de rozar sus caderas a rozar sus hombros. Quizás lo hizo en ese momento porque no quería nada que le recordase al pasado y en general a aquellos días de plenitud.
A día de hoy no descarta el volver a dejárselo crecer como antes, pero de momento sigue manteniéndolo corto.
