//Cualquiera puede incorporarse al rol si quiere. Tanto los que ya iniciaron historia una vez con Shinobu como gente nueva. Entiendo que algunos se podrán sentir perdidos con la historia de este pequeño lobo, después de todo llevaba mucho trayecto hecho en la cuenta original que me eliminaron x'D Si queréis saber algo, solo preguntad.

Estuvo ya un tiempo planificando qué hacer con todos los problemas que parecían perseguirle. Ciertamente su tío ya no supondría una molestia como solía, pues gracias a un gran amigo del joven lobo, le dieron una lección que nunca olvidaría y con la que se asegurarían de que no volviera a tocar un solo cabello del muchacho.
Sin embargo parece que a los mafiosos a los que el tío de Shinobu les debía muchísimo dinero (y a los cuales el chico tuvo que estar devolviendo dicho dinero trabajando para ellos cuando el susodicho sujeto desapareció), no les pareció que fueran a sacar nada rentable de un hombre que quedó moribundo y qué, a demás, no tenía ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca.

¿En qué tocaba todo esto a Shinobu? Bueno, volvía a ser el objetivo de esos hombres para cobrar la deuda ya que era el aval de la misma.

No iba a permitir que volvieran a hacerle la vida imposible y poco a poco fue recabando más y más información sobre cada uno de los miembros importantes de aquella organización. Algunas veces se ponía en contacto con sus más cercanos, de forma discreta, para que no se preocupasen y supieran que seguía vivo y a salvo. No faltaba mucho para poner en marcha el plan... Uno bastante arriesgado en realidad.

La puesta del Sol en el horizonte, tiñendo de colores rosados y morados el cielo, colores que se reflejaban en las cristalinas agua de aquella playa en la que se encontraba. Pues sí, no había parado de moverse de un lado a otro mientras recopilaba la información necesaria. Aún así necesitaba un poco de tiempo para relajarse a veces y, sobre todo, mentalizarse. Después de todo la jugada podría ser maestra o salir estrepitosamente mal. Fuera como fuese debía zanjar eso sin importar qué.

Allí se encontraba, solitario, sentado en la arena sintiendo la fresca brisa en su rostro, ese relajante aroma a mar.

-Estaría bien que todos los días fueran así...- Murmuró.
//Cualquiera puede incorporarse al rol si quiere. Tanto los que ya iniciaron historia una vez con Shinobu como gente nueva. Entiendo que algunos se podrán sentir perdidos con la historia de este pequeño lobo, después de todo llevaba mucho trayecto hecho en la cuenta original que me eliminaron x'D Si queréis saber algo, solo preguntad. Estuvo ya un tiempo planificando qué hacer con todos los problemas que parecían perseguirle. Ciertamente su tío ya no supondría una molestia como solía, pues gracias a un gran amigo del joven lobo, le dieron una lección que nunca olvidaría y con la que se asegurarían de que no volviera a tocar un solo cabello del muchacho. Sin embargo parece que a los mafiosos a los que el tío de Shinobu les debía muchísimo dinero (y a los cuales el chico tuvo que estar devolviendo dicho dinero trabajando para ellos cuando el susodicho sujeto desapareció), no les pareció que fueran a sacar nada rentable de un hombre que quedó moribundo y qué, a demás, no tenía ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca. ¿En qué tocaba todo esto a Shinobu? Bueno, volvía a ser el objetivo de esos hombres para cobrar la deuda ya que era el aval de la misma. No iba a permitir que volvieran a hacerle la vida imposible y poco a poco fue recabando más y más información sobre cada uno de los miembros importantes de aquella organización. Algunas veces se ponía en contacto con sus más cercanos, de forma discreta, para que no se preocupasen y supieran que seguía vivo y a salvo. No faltaba mucho para poner en marcha el plan... Uno bastante arriesgado en realidad. La puesta del Sol en el horizonte, tiñendo de colores rosados y morados el cielo, colores que se reflejaban en las cristalinas agua de aquella playa en la que se encontraba. Pues sí, no había parado de moverse de un lado a otro mientras recopilaba la información necesaria. Aún así necesitaba un poco de tiempo para relajarse a veces y, sobre todo, mentalizarse. Después de todo la jugada podría ser maestra o salir estrepitosamente mal. Fuera como fuese debía zanjar eso sin importar qué. Allí se encontraba, solitario, sentado en la arena sintiendo la fresca brisa en su rostro, ese relajante aroma a mar. -Estaría bien que todos los días fueran así...- Murmuró.
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