Bajo un cielo que no es cielo, entre estrellas que no son estrellas, Ina duerme. Su cabello flota como algas en un mar de luz ajena, y su sonrisa es la de quien no sabe que sueña.
Bajo un cielo que no es cielo, entre estrellas que no son estrellas, Ina duerme. Su cabello flota como algas en un mar de luz ajena, y su sonrisa es la de quien no sabe que sueña.



