Una noche de cielo libre de nubes, la luna iluminando el bosque que tanto tiempo había recorrido ¿Cuánto tiempo estuvo caminando? ¿Cuando fue la última vez que se paró a descansar? No tenía respuesta, una estática en parte de su mente, recuerdos mezclados con gritos y un color rojo, el recuerdo del sabor de la carne aún recorriendo su lengua, sin respuestas, sin objetivo, sin su maestro... La única sensación que si recordaba... El hambre.

-"¿Donde estoy?"- Pensó el demonio para si mismo, analizando sus alrededores tan pronto como su consciencia volvió a su cuerpo, pero no reconocía el lugar, un callejón en medio de lo que parecía un pequeño pueblo, un lugar donde sin la luz del día, nadie lo vería y un sabor familiar en su boca, el dulce sabor de la carne humana -"Ah... Ha vuelto a pasar"- Exclamó levemente con voz fría y carente de emoción, consciente de haber pasado tanto tiempo sin comer, que en el momento que su consciencia se desvaneció, su cuerpo tomó una vida inocente con un solo propósito, alimentarse.

El único pensamiento que llegó a su mente, fue la curiosidad del lugar en el que se encontraba, parecía lleno de vida fuera del callejón a pesar de ser lo que parecía medianoche -"Fascinante"- Pensó antes de casi instintivamente agacharse a relamer los restos de la víctima de sus instintos. -¿Habrá algún humano interesante en este lugar?- Pensó mientras se relamía.
Una noche de cielo libre de nubes, la luna iluminando el bosque que tanto tiempo había recorrido ¿Cuánto tiempo estuvo caminando? ¿Cuando fue la última vez que se paró a descansar? No tenía respuesta, una estática en parte de su mente, recuerdos mezclados con gritos y un color rojo, el recuerdo del sabor de la carne aún recorriendo su lengua, sin respuestas, sin objetivo, sin su maestro... La única sensación que si recordaba... El hambre. -"¿Donde estoy?"- Pensó el demonio para si mismo, analizando sus alrededores tan pronto como su consciencia volvió a su cuerpo, pero no reconocía el lugar, un callejón en medio de lo que parecía un pequeño pueblo, un lugar donde sin la luz del día, nadie lo vería y un sabor familiar en su boca, el dulce sabor de la carne humana -"Ah... Ha vuelto a pasar"- Exclamó levemente con voz fría y carente de emoción, consciente de haber pasado tanto tiempo sin comer, que en el momento que su consciencia se desvaneció, su cuerpo tomó una vida inocente con un solo propósito, alimentarse. El único pensamiento que llegó a su mente, fue la curiosidad del lugar en el que se encontraba, parecía lleno de vida fuera del callejón a pesar de ser lo que parecía medianoche -"Fascinante"- Pensó antes de casi instintivamente agacharse a relamer los restos de la víctima de sus instintos. -¿Habrá algún humano interesante en este lugar?- Pensó mientras se relamía.
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