Cuando era un monje novicio, mi segundo maestro tuvo mucha paciencia conmigo cuando mataba sin pensar a los yaoguais (demonios) que pretendían lastimarlo, claro que me castigaba Ahahaha!.
Cuando era un monje novicio, mi segundo maestro tuvo mucha paciencia conmigo cuando mataba sin pensar a los yaoguais (demonios) que pretendían lastimarlo, claro que me castigaba Ahahaha!.
0 turnos 0 maullidos 238 vistas
Patrocinados
Patrocinados