Estaba presente en un lujoso salón de baile en un rascacielos de la ciudad de Venecia. Las luces son tenues, el champán fluye y las risas ahogadas se mezclan con el sonido de la música de fondo. Rini, vestida con un elegante vestido rojo, se aparta ligeramente del grupo de empresarios con los que estaba conversando. Se acerca a una ventana, sosteniendo su copa de vino, y habla en voz baja, aunque lo suficientemente fuerte para que los curiosos puedan oírla. Claramente un monologo

-"Qué curioso. Siempre las mismas caras, siempre las mismas sonrisas calculadas. ¿Cuántas de estas personas realmente disfrutan de la compañía del otro? No, aquí nadie se reúne por aprecio, sino por conveniencia. ¿Cuánto vale una amistad cuando se compra con un contrato? ¿Cuánto dura una alianza cuando el viento del dinero cambia de dirección?-

-Miran sus relojes de oro, sus vestidos de diseñador, con una falsa seguridad de que el mundo les pertenece. Pero detrás de cada risa hay un cálculo, detrás de cada brindis una intención oculta. Aquí no se hacen promesas, se intercambian favores. Y si caes, el mismo que hoy te estrecha la mano será el primero en clavar el puñal.-

-Y sin embargo… aquí estoy. Jugando su juego, bebiendo su vino, compartiendo su aire envenenado con ambición y mentiras. Qué irónico, ¿no? Quizá eso me convierte en una de ellos… o tal vez solo en alguien que disfruta verlos ahogarse en su propio reflejo."-

Rini toma un sorbo de su vino, esboza una sonrisa sarcástica y regresa a la conversación, como si nada hubiera pasado.
Estaba presente en un lujoso salón de baile en un rascacielos de la ciudad de Venecia. Las luces son tenues, el champán fluye y las risas ahogadas se mezclan con el sonido de la música de fondo. Rini, vestida con un elegante vestido rojo, se aparta ligeramente del grupo de empresarios con los que estaba conversando. Se acerca a una ventana, sosteniendo su copa de vino, y habla en voz baja, aunque lo suficientemente fuerte para que los curiosos puedan oírla. Claramente un monologo -"Qué curioso. Siempre las mismas caras, siempre las mismas sonrisas calculadas. ¿Cuántas de estas personas realmente disfrutan de la compañía del otro? No, aquí nadie se reúne por aprecio, sino por conveniencia. ¿Cuánto vale una amistad cuando se compra con un contrato? ¿Cuánto dura una alianza cuando el viento del dinero cambia de dirección?- -Miran sus relojes de oro, sus vestidos de diseñador, con una falsa seguridad de que el mundo les pertenece. Pero detrás de cada risa hay un cálculo, detrás de cada brindis una intención oculta. Aquí no se hacen promesas, se intercambian favores. Y si caes, el mismo que hoy te estrecha la mano será el primero en clavar el puñal.- -Y sin embargo… aquí estoy. Jugando su juego, bebiendo su vino, compartiendo su aire envenenado con ambición y mentiras. Qué irónico, ¿no? Quizá eso me convierte en una de ellos… o tal vez solo en alguien que disfruta verlos ahogarse en su propio reflejo."- Rini toma un sorbo de su vino, esboza una sonrisa sarcástica y regresa a la conversación, como si nada hubiera pasado.
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