No mentiría, se sentía derrotado por aquella castaña.

Era una sensación de vulnerabilidad a la que, por mucho que quisiese acostumbrarse, no le veía posibilidad. Ella era una nuevos debilidad para él.

" Hecho. "

Murmuró al sentir las manos de ella en su cuello, él se tomó la libertad de sostenerla de la cintura y verla a los ojos.

" ¿Una cena, un paseo...?, Dime lo que quieras, yo lo cumpliré para ti. "

Se acercó solo un poquito, lo suficiente para posar su frente contra la de ella.

El carmín de sus mejillas descendía suavemente, ella lo ponía bastante nervioso.