"Supongo que es ahora. Es el momento de decir adiós."

A Sada le pesaba el alma; no era sólo la terrible sensación de desprenderse de toda esperanza de que su madre se recuperara del coma. Era también lidiar con un mundo en el que ese espíritu suyo finalmente dejaría el cascarón y se elevaría tan alto que jamás podría alcanzarlo. Hasta llegado el momento.

Era también todos los trámites, papeleos, rituales, procesos terrenales que debían seguirse; ¿cómo demonios se hacía todo eso mientras tu mente apenas se está habituando a la idea de la muerte?

Y sobre todo... Le afligía que había cosas, muchos secretos, que al final iba a tener que contarle a su novio.

Vivían juntos, sería imposible pasar por todo sin que él se diera cuenta. Tenía que ser sincera y de una vez por todas dejar de temerle a la verdad.

Sus manos temblaban, los dedos igual al escribir ese mensaje que iba dirigido hacia Bruno Moura .


« Bru. No quiero hacerte preocupar, pero hay algo que necesito hablar contigo y ahora mismo no puedo moverme del lugar en el que estoy. ¿Podrías venir?

Te quiero. »

Adjunta al mensaje, su ubicación. Era el parquecito frente al Hospital Metropolitano de Tōkyō.

"No sé cómo voy a decirle todo esto... Todo lo que le oculté..."

Suspiró. Sentada sobre una banca, con las piernas flexionadas hacia el pecho, pegó la frente en sus rodillas.

— Va a odiarme... —
"Supongo que es ahora. Es el momento de decir adiós." A Sada le pesaba el alma; no era sólo la terrible sensación de desprenderse de toda esperanza de que su madre se recuperara del coma. Era también lidiar con un mundo en el que ese espíritu suyo finalmente dejaría el cascarón y se elevaría tan alto que jamás podría alcanzarlo. Hasta llegado el momento. Era también todos los trámites, papeleos, rituales, procesos terrenales que debían seguirse; ¿cómo demonios se hacía todo eso mientras tu mente apenas se está habituando a la idea de la muerte? Y sobre todo... Le afligía que había cosas, muchos secretos, que al final iba a tener que contarle a su novio. Vivían juntos, sería imposible pasar por todo sin que él se diera cuenta. Tenía que ser sincera y de una vez por todas dejar de temerle a la verdad. Sus manos temblaban, los dedos igual al escribir ese mensaje que iba dirigido hacia [glimmer_salmon_fox_760] . « Bru. No quiero hacerte preocupar, pero hay algo que necesito hablar contigo y ahora mismo no puedo moverme del lugar en el que estoy. ¿Podrías venir? Te quiero. » Adjunta al mensaje, su ubicación. Era el parquecito frente al Hospital Metropolitano de Tōkyō. "No sé cómo voy a decirle todo esto... Todo lo que le oculté..." Suspiró. Sentada sobre una banca, con las piernas flexionadas hacia el pecho, pegó la frente en sus rodillas. — Va a odiarme... —
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