La niebla no deja mostrar la salida del Sol en la lejanía de la Escuela Basgiath. Los jinetes ya deben haber desayunado, y los distintos cursos se dirigen a sus respectivas clases. Pero yo ya estoy aquí, en un banco al lateral de la sala de combate, empezando una nueva talla de madera, esperando a mi nuevo contrincante. Es solo un entreno, pero la adrenalina bulle en mis venas, con ansias de mostrar mis capacidades. De crecer como guerrero y como jinete.