—Dijiste que lo perdiste.
—¿Lo recuerdas al menos un poco?
—No importa. Aquí nadie te va a llamar si tú no quieres.
—Puedes elegir uno nuevo. O esperar a que el viejo regrese por su cuenta.
—Pero dime… ¿alguna vez te gustó tu nombre?
—Si la respuesta es no, tal vez esto sea un regalo, no una pérdida.
—¿Lo recuerdas al menos un poco?
—No importa. Aquí nadie te va a llamar si tú no quieres.
—Puedes elegir uno nuevo. O esperar a que el viejo regrese por su cuenta.
—Pero dime… ¿alguna vez te gustó tu nombre?
—Si la respuesta es no, tal vez esto sea un regalo, no una pérdida.
—Dijiste que lo perdiste.
—¿Lo recuerdas al menos un poco?
—No importa. Aquí nadie te va a llamar si tú no quieres.
—Puedes elegir uno nuevo. O esperar a que el viejo regrese por su cuenta.
—Pero dime… ¿alguna vez te gustó tu nombre?
—Si la respuesta es no, tal vez esto sea un regalo, no una pérdida.
