A la luz tenue de la lámpara, sus pensamientos se agitaban. El poder y el dinero siempre habían sido sus compañeros, su norte y su guía. Sabía, con la certeza de quien ha visto su alma reflejada en el espejo, que incluso si un Demonio (? emergiera de la penumbra en ese preciso instante, ofreciéndole riquezas y dominio sobre el mundo a cambio de su alma, no vacilaría. Su alma por dinero y poder era un trueque que haría sin remordimientos. Sin embargo, en medio de sus cavilaciones, había un resplandor en la oscuridad. Un rincón sagrado en su corazón que ni los tesoros del mundo, ni los poderes infernales podrían tocar. Su hija [Brycka1] era su tesoro más valioso... Aunque no parecía ser así... En verdad era así─