### **El Precio de la Derrota**

Takeru Arakawa despertó con la vista nublada, el sonido de un monitor cardíaco marcando un ritmo pausado y constante. **Dolía respirar.**

Su cuerpo **no le respondía.**

Intentó mover la mano, pero un ardor insoportable recorrió su brazo. **No podía ni cerrar el puño.**

—**Despierto al fin, eh.**

Una voz familiar lo sacó de su trance. Su entrenador, un hombre mayor de rostro curtido por los años en el mundo de las peleas, estaba sentado junto a la cama.

Takeru **intentó hablar, pero la garganta le ardía.** Solo pudo dejar salir un leve gruñido.

—No te esfuerces —dijo su entrenador, suspirando con cansancio—. **Te partieron en pedazos ahí afuera.**

Los recuerdos **llegaron de golpe.**

**La final.**

**Ohma.**

**El Advance.**

**La última técnica.**

**El dolor.**

Takeru cerró los ojos con frustración. **Había dado todo, y aún así, perdió.**

—¿Cuánto… tiempo? —logró susurrar.

—Casi dos días inconsciente —respondió su entrenador—. **Tus costillas están rotas, tu brazo derecho quedó hecho trizas y tu pierna izquierda tiene daño en los ligamentos.**

**Takeru se quedó en silencio.**

Sabía lo que eso significaba.

Su entrenador lo miró con seriedad.

—**No vas a poder pelear otra vez.**

**Esas palabras lo golpearon más fuerte que cualquier ataque de Ohma.**

Takeru sintió un vacío en el pecho. **Peleaba desde que tenía memoria.** Se había convertido en un luchador no solo por pasión, sino porque era lo único que realmente sabía hacer.

Y ahora, **ese camino estaba cerrado para siempre.**

Apretó los dientes, conteniendo la rabia, la impotencia.

—Entonces… ¿qué se supone que haga ahora? —murmuró con la voz rota.

Su entrenador cruzó los brazos.

—Esa es la pregunta que debes responder tú mismo.


La voz de su entrenador lo sacó de su trance.

—Si crees que tu vida terminó porque ya no puedes pelear, entonces no entendiste nada de lo que te enseñé.

**Takeru lo miró, sorprendido.**

—Tu legado no es solo lanzar golpes. **Es la determinación con la que peleaste cada maldito día.**

—Aún puedes enseñar.

—Aún puedes inspirar.

—Aún puedes encontrar un nuevo propósito.

Takeru sintió un nudo en la garganta.


Se quedó en silencio por un largo momento… luego **sonrió débilmente.**

—Supongo que un lobo sin colmillos… aún puede seguir corriendo, ¿eh?

El entrenador bufó.

—Esa es la actitud, chico.

**Takeru Arakawa había perdido el derecho de pelear… pero no había perdido su espíritu.**
### **El Precio de la Derrota** Takeru Arakawa despertó con la vista nublada, el sonido de un monitor cardíaco marcando un ritmo pausado y constante. **Dolía respirar.** Su cuerpo **no le respondía.** Intentó mover la mano, pero un ardor insoportable recorrió su brazo. **No podía ni cerrar el puño.** —**Despierto al fin, eh.** Una voz familiar lo sacó de su trance. Su entrenador, un hombre mayor de rostro curtido por los años en el mundo de las peleas, estaba sentado junto a la cama. Takeru **intentó hablar, pero la garganta le ardía.** Solo pudo dejar salir un leve gruñido. —No te esfuerces —dijo su entrenador, suspirando con cansancio—. **Te partieron en pedazos ahí afuera.** Los recuerdos **llegaron de golpe.** **La final.** **Ohma.** **El Advance.** **La última técnica.** **El dolor.** Takeru cerró los ojos con frustración. **Había dado todo, y aún así, perdió.** —¿Cuánto… tiempo? —logró susurrar. —Casi dos días inconsciente —respondió su entrenador—. **Tus costillas están rotas, tu brazo derecho quedó hecho trizas y tu pierna izquierda tiene daño en los ligamentos.** **Takeru se quedó en silencio.** Sabía lo que eso significaba. Su entrenador lo miró con seriedad. —**No vas a poder pelear otra vez.** **Esas palabras lo golpearon más fuerte que cualquier ataque de Ohma.** Takeru sintió un vacío en el pecho. **Peleaba desde que tenía memoria.** Se había convertido en un luchador no solo por pasión, sino porque era lo único que realmente sabía hacer. Y ahora, **ese camino estaba cerrado para siempre.** Apretó los dientes, conteniendo la rabia, la impotencia. —Entonces… ¿qué se supone que haga ahora? —murmuró con la voz rota. Su entrenador cruzó los brazos. —Esa es la pregunta que debes responder tú mismo. La voz de su entrenador lo sacó de su trance. —Si crees que tu vida terminó porque ya no puedes pelear, entonces no entendiste nada de lo que te enseñé. **Takeru lo miró, sorprendido.** —Tu legado no es solo lanzar golpes. **Es la determinación con la que peleaste cada maldito día.** —Aún puedes enseñar. —Aún puedes inspirar. —Aún puedes encontrar un nuevo propósito. Takeru sintió un nudo en la garganta. Se quedó en silencio por un largo momento… luego **sonrió débilmente.** —Supongo que un lobo sin colmillos… aún puede seguir corriendo, ¿eh? El entrenador bufó. —Esa es la actitud, chico. **Takeru Arakawa había perdido el derecho de pelear… pero no había perdido su espíritu.**
Me entristece
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