**La Pelea: Takeru Arakawa contra James Vulture**
El estadio estaba repleto, la tensión palpable en el aire. El rugido del público resonaba en todo el recinto, iluminado por reflectores que enfocaban el cuadrilátero. En una esquina, Takeru Arakawa respiraba hondo, ajustando los guantes, con la mirada afilada y el cuerpo tenso. En la otra, James Vulture, un coloso estadounidense, observaba con ojos fríos y confiados, como si ya hubiera ganado la pelea antes de que comenzara.
La campana sonó.
### **Primer asalto: la tormenta se desata**
Takeru salió con rapidez, usando su velocidad para medir la distancia. Vulture, paciente, levantó su guardia, esperando el momento adecuado. Takeru lanzó los primeros golpes, un uno-dos directo al rostro, pero el estadounidense los bloqueó con facilidad.
—¡Muévete, Takeru! —gritó "X" desde las gradas, con una mezcla de emoción y nerviosismo.
El japonés se desplazó con agilidad, esquivando un brutal gancho de Vulture. Su velocidad le permitía evitar los golpes más peligrosos, pero no encontraba una apertura. El estadounidense, aunque no atacaba con frecuencia, cada vez que lo hacía, obligaba a Takeru a retroceder.
Cuando el asalto terminó, ambos boxeadores se dirigieron a sus esquinas. Takeru sintió el ardor en los brazos. Vulture era fuerte, y cada bloqueo desgastaba su resistencia.
—No te precipites, usa tu velocidad —le aconsejó su entrenador Sugawara, dándole un trago de agua—. Encuentra su punto débil.
### **Segundo asalto: el poder de Vulture**
El combate reanudó, y Vulture cambió su estrategia. En vez de esperar, empezó a presionar.
Takeru intentó esquivar, pero el estadounidense era como una pared imparable. Un gancho al cuerpo lo hizo tambalear. Takeru apretó los dientes, pero no pudo reaccionar antes de que un derechazo cruzado lo impactara de lleno en la cara.
Todo se volvió borroso.
Cayó al suelo con un estruendo, sintiendo un sabor metálico en la boca. Su protector bucal salió disparado, aterrizando en la lona. La multitud contuvo el aliento.
—¡Vamos, Takeru! ¡Levántate! —"X" gritó con desesperación.
El árbitro empezó la cuenta.
**Uno… Dos…**
El sonido de los gritos lo trajo de vuelta. Se incorporó lentamente, tomando aire. El árbitro le preguntó si podía seguir. Takeru asintió con firmeza, aunque su cabeza aún daba vueltas.
Vulture sonrió. Sabía que lo tenía donde quería.
### **Tercer asalto: la sombra de la derrota**
Takeru intentó mantener la distancia, pero Vulture lo cazaba con precisión quirúrgica. Un gancho al hígado lo hizo doblarse. No había tiempo para respirar. Otro golpe a la mandíbula lo mandó a las cuerdas.
Las piernas le flaquearon. Si caía una vez más, la pelea se acabaría.
El árbitro se acercó, listo para intervenir, pero entonces…
—¡¡Takeru, NO!! —la voz de "X" atravesó el ruido ensordecedor del estadio—. ¡Recuerda todo por lo que has peleado! ¡No te rindas!
Las palabras retumbaron en su mente. Su visión borrosa se aclaró. Su respiración, pesada, se volvió más estable. **No podía perder. No ahora.**
Vulture avanzó confiado, preparando el golpe final, pero Takeru lo vio. **Lo leyó.**
Cuando el estadounidense lanzó su derechazo, Takeru esquivó con una inclinación mínima, sintiendo el viento del puño pasar a centímetros de su rostro. Y en ese instante…
**BOOM.**
Un **uppercut** perfecto impactó en el mentón de Vulture.
El público enmudeció.
Vulture quedó congelado por un segundo, sus ojos en blanco, su mandíbula sacudida con brutalidad. Luego, su gigantesco cuerpo se desplomó pesadamente sobre la lona.
El árbitro comenzó la cuenta.
**Uno… Dos… Tres…**
No se movía.
**Ocho… Nueve… ¡Diez!**
La campana sonó.
Takeru, jadeando, con los nudillos ardiendo, levantó los brazos en señal de victoria.
"X" gritaba su nombre desde las gradas, con lágrimas en los ojos. El estadio explotó en vítores.
Vulture seguía en el suelo, noqueado.
Takeru, con el cuerpo al borde del colapso, miró a su amigo/a y esbozó una sonrisa. **Lo había logrado.**
El estadio estaba repleto, la tensión palpable en el aire. El rugido del público resonaba en todo el recinto, iluminado por reflectores que enfocaban el cuadrilátero. En una esquina, Takeru Arakawa respiraba hondo, ajustando los guantes, con la mirada afilada y el cuerpo tenso. En la otra, James Vulture, un coloso estadounidense, observaba con ojos fríos y confiados, como si ya hubiera ganado la pelea antes de que comenzara.
La campana sonó.
### **Primer asalto: la tormenta se desata**
Takeru salió con rapidez, usando su velocidad para medir la distancia. Vulture, paciente, levantó su guardia, esperando el momento adecuado. Takeru lanzó los primeros golpes, un uno-dos directo al rostro, pero el estadounidense los bloqueó con facilidad.
—¡Muévete, Takeru! —gritó "X" desde las gradas, con una mezcla de emoción y nerviosismo.
El japonés se desplazó con agilidad, esquivando un brutal gancho de Vulture. Su velocidad le permitía evitar los golpes más peligrosos, pero no encontraba una apertura. El estadounidense, aunque no atacaba con frecuencia, cada vez que lo hacía, obligaba a Takeru a retroceder.
Cuando el asalto terminó, ambos boxeadores se dirigieron a sus esquinas. Takeru sintió el ardor en los brazos. Vulture era fuerte, y cada bloqueo desgastaba su resistencia.
—No te precipites, usa tu velocidad —le aconsejó su entrenador Sugawara, dándole un trago de agua—. Encuentra su punto débil.
### **Segundo asalto: el poder de Vulture**
El combate reanudó, y Vulture cambió su estrategia. En vez de esperar, empezó a presionar.
Takeru intentó esquivar, pero el estadounidense era como una pared imparable. Un gancho al cuerpo lo hizo tambalear. Takeru apretó los dientes, pero no pudo reaccionar antes de que un derechazo cruzado lo impactara de lleno en la cara.
Todo se volvió borroso.
Cayó al suelo con un estruendo, sintiendo un sabor metálico en la boca. Su protector bucal salió disparado, aterrizando en la lona. La multitud contuvo el aliento.
—¡Vamos, Takeru! ¡Levántate! —"X" gritó con desesperación.
El árbitro empezó la cuenta.
**Uno… Dos…**
El sonido de los gritos lo trajo de vuelta. Se incorporó lentamente, tomando aire. El árbitro le preguntó si podía seguir. Takeru asintió con firmeza, aunque su cabeza aún daba vueltas.
Vulture sonrió. Sabía que lo tenía donde quería.
### **Tercer asalto: la sombra de la derrota**
Takeru intentó mantener la distancia, pero Vulture lo cazaba con precisión quirúrgica. Un gancho al hígado lo hizo doblarse. No había tiempo para respirar. Otro golpe a la mandíbula lo mandó a las cuerdas.
Las piernas le flaquearon. Si caía una vez más, la pelea se acabaría.
El árbitro se acercó, listo para intervenir, pero entonces…
—¡¡Takeru, NO!! —la voz de "X" atravesó el ruido ensordecedor del estadio—. ¡Recuerda todo por lo que has peleado! ¡No te rindas!
Las palabras retumbaron en su mente. Su visión borrosa se aclaró. Su respiración, pesada, se volvió más estable. **No podía perder. No ahora.**
Vulture avanzó confiado, preparando el golpe final, pero Takeru lo vio. **Lo leyó.**
Cuando el estadounidense lanzó su derechazo, Takeru esquivó con una inclinación mínima, sintiendo el viento del puño pasar a centímetros de su rostro. Y en ese instante…
**BOOM.**
Un **uppercut** perfecto impactó en el mentón de Vulture.
El público enmudeció.
Vulture quedó congelado por un segundo, sus ojos en blanco, su mandíbula sacudida con brutalidad. Luego, su gigantesco cuerpo se desplomó pesadamente sobre la lona.
El árbitro comenzó la cuenta.
**Uno… Dos… Tres…**
No se movía.
**Ocho… Nueve… ¡Diez!**
La campana sonó.
Takeru, jadeando, con los nudillos ardiendo, levantó los brazos en señal de victoria.
"X" gritaba su nombre desde las gradas, con lágrimas en los ojos. El estadio explotó en vítores.
Vulture seguía en el suelo, noqueado.
Takeru, con el cuerpo al borde del colapso, miró a su amigo/a y esbozó una sonrisa. **Lo había logrado.**
**La Pelea: Takeru Arakawa contra James Vulture**
El estadio estaba repleto, la tensión palpable en el aire. El rugido del público resonaba en todo el recinto, iluminado por reflectores que enfocaban el cuadrilátero. En una esquina, Takeru Arakawa respiraba hondo, ajustando los guantes, con la mirada afilada y el cuerpo tenso. En la otra, James Vulture, un coloso estadounidense, observaba con ojos fríos y confiados, como si ya hubiera ganado la pelea antes de que comenzara.
La campana sonó.
### **Primer asalto: la tormenta se desata**
Takeru salió con rapidez, usando su velocidad para medir la distancia. Vulture, paciente, levantó su guardia, esperando el momento adecuado. Takeru lanzó los primeros golpes, un uno-dos directo al rostro, pero el estadounidense los bloqueó con facilidad.
—¡Muévete, Takeru! —gritó "X" desde las gradas, con una mezcla de emoción y nerviosismo.
El japonés se desplazó con agilidad, esquivando un brutal gancho de Vulture. Su velocidad le permitía evitar los golpes más peligrosos, pero no encontraba una apertura. El estadounidense, aunque no atacaba con frecuencia, cada vez que lo hacía, obligaba a Takeru a retroceder.
Cuando el asalto terminó, ambos boxeadores se dirigieron a sus esquinas. Takeru sintió el ardor en los brazos. Vulture era fuerte, y cada bloqueo desgastaba su resistencia.
—No te precipites, usa tu velocidad —le aconsejó su entrenador Sugawara, dándole un trago de agua—. Encuentra su punto débil.
### **Segundo asalto: el poder de Vulture**
El combate reanudó, y Vulture cambió su estrategia. En vez de esperar, empezó a presionar.
Takeru intentó esquivar, pero el estadounidense era como una pared imparable. Un gancho al cuerpo lo hizo tambalear. Takeru apretó los dientes, pero no pudo reaccionar antes de que un derechazo cruzado lo impactara de lleno en la cara.
Todo se volvió borroso.
Cayó al suelo con un estruendo, sintiendo un sabor metálico en la boca. Su protector bucal salió disparado, aterrizando en la lona. La multitud contuvo el aliento.
—¡Vamos, Takeru! ¡Levántate! —"X" gritó con desesperación.
El árbitro empezó la cuenta.
**Uno… Dos…**
El sonido de los gritos lo trajo de vuelta. Se incorporó lentamente, tomando aire. El árbitro le preguntó si podía seguir. Takeru asintió con firmeza, aunque su cabeza aún daba vueltas.
Vulture sonrió. Sabía que lo tenía donde quería.
### **Tercer asalto: la sombra de la derrota**
Takeru intentó mantener la distancia, pero Vulture lo cazaba con precisión quirúrgica. Un gancho al hígado lo hizo doblarse. No había tiempo para respirar. Otro golpe a la mandíbula lo mandó a las cuerdas.
Las piernas le flaquearon. Si caía una vez más, la pelea se acabaría.
El árbitro se acercó, listo para intervenir, pero entonces…
—¡¡Takeru, NO!! —la voz de "X" atravesó el ruido ensordecedor del estadio—. ¡Recuerda todo por lo que has peleado! ¡No te rindas!
Las palabras retumbaron en su mente. Su visión borrosa se aclaró. Su respiración, pesada, se volvió más estable. **No podía perder. No ahora.**
Vulture avanzó confiado, preparando el golpe final, pero Takeru lo vio. **Lo leyó.**
Cuando el estadounidense lanzó su derechazo, Takeru esquivó con una inclinación mínima, sintiendo el viento del puño pasar a centímetros de su rostro. Y en ese instante…
**BOOM.**
Un **uppercut** perfecto impactó en el mentón de Vulture.
El público enmudeció.
Vulture quedó congelado por un segundo, sus ojos en blanco, su mandíbula sacudida con brutalidad. Luego, su gigantesco cuerpo se desplomó pesadamente sobre la lona.
El árbitro comenzó la cuenta.
**Uno… Dos… Tres…**
No se movía.
**Ocho… Nueve… ¡Diez!**
La campana sonó.
Takeru, jadeando, con los nudillos ardiendo, levantó los brazos en señal de victoria.
"X" gritaba su nombre desde las gradas, con lágrimas en los ojos. El estadio explotó en vítores.
Vulture seguía en el suelo, noqueado.
Takeru, con el cuerpo al borde del colapso, miró a su amigo/a y esbozó una sonrisa. **Lo había logrado.**
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