Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima.

Aaron no lo disfrutaba, Jack sí.

O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco.

Quizás ya lo estaba.

No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior.

Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷.

La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos".

—Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca.

Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
Otra noche más donde su ropa era completamente negra, donde mayormente cuero lo cubría, donde su rostro se ocultaba entre la oscuridad antes de dar el golpe certero a su siguiente víctima. Aaron no lo disfrutaba, Jack sí. O eso era lo que el hombre quería creer. Porque estaba siendo obligado a cometer tales actos, de otra forma no conocería la paz en absoluto y se volvería loco. Quizás ya lo estaba. No sería sorpresa que alguien le dijera que estaba mal de la cabeza. Después de todo, entre el trabajo que debía hacer para el Destripador ninguno podría salir completamente sano. Algo se retorcía en el interior. Đɇm̷a̷s̷ɨa̷đø ŧɨɇm̷ᵽø, Ⱥa̷ɍøn̷. Va̷ s̷ɨɇn̷đø ħøɍa̷ ꝗᵾɇ łø a̷ȼɇᵽŧɇs̷ đɇ ᵾn̷a̷ vɇƶ. Ɇs̷ŧø ŧɇ đa̷ vɨđa̷, n̷ø łø ɨǥn̷øɍɇs̷. La voz usualmente era potente y gutural, pero ahora se escuchaba suave, como una leve caricia de terciopelo. Estaba intentando seducirlo para que "abriera los ojos". —Te equivocas —ajustó los guantes que cubrían sus manos, desde ese punto pensando en el plan pará atrapar a su objetivo—. No tengo placer alguno. Lo hago para que cierres la puta boca. Aunque muy, muy en el fondo, sentía que esas palabras cargaban con cierta mentira.
Me gusta
1
0 turnos 0 maullidos 249 vistas
Patrocinados
Patrocinados