El sonido seco de la puerta cediendo ante su patada resonó en el pasillo. Con la mandíbula apretada y el ceño fruncido, el detective Joon cruzó el umbral con su maletín en una mano y la otra lista para cualquier imprevisto. Su compañero le seguía de cerca, con el sudor perlando su frente ante la energía implacable del otro.

⸻ Si sigues entrando así a los lugares, un día te van a mandar la cuenta de las reparaciones ⸻bufó con burla una voz que podiasacwrle canas tan temprano.

Joon entrecerró los ojos al ver la figura despreocupada de su compañero recargado contra la pared, con los brazos cruzados y una media sonrisa. Ese maldito siempre parecía divertirse viéndolo actuar.

⸻ Si no me hicieras perder el tiempo con pistas a medias, no tendría que estar aquí ahora ⸻respondió con voz seca, avanzando hacia él. El hombre ladeó la cabeza, la luz del ventanal perfilando su rostro con un aire casi perezoso.⸻ Les dije que tenía una orden. Pero claro, siempre quieren hacer esto por las malas ⸻Suspiró, acomodando la carpeta de evidencias bajo el brazo mientras echaba un vistazo a la puerta que acababa de empujar. Estaba bien, por suerte.

⸻ ¿Te hice perder el tiempo? ¿O solo querías otra excusa para verme? ⸻El silencio que siguió fue tenso, pero no de amenaza… sino de algo más. Algo que Joon prefería no reconocer.

⸻ Dime lo que sabes. Ahora.

El otro sonrió, despacio, como un gato que sabe que la presa no tiene escapatoria.⸻ Depende… ¿qué tan bien me lo pides? ⸻apretó la mandíbula, sintiendo el calor treparle por la nuca. Ese maldito sabía exactamente cómo exasperarlo. Su paciencia ya estaba al límite, pero ceder a ese juego era lo peor que podía hacer.

⸻ No tengo tiempo para tus malditos rodeos ⸻gruñó, acercándose hasta quedar a escasos centímetros de él. Podía sentir su aliento, la burla en sus ojos, la tensión en el aire volviéndose insoportable.

⸻ ¿Seguro? ⸻susurró el otro, inclinándose apenas. Sus labios casi rozaron la línea de su mandíbula. Joon sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero no se echó atrás. No podía. No debía.

⸻ Última oportunidad ⸻dijo con la voz grave, apenas un murmullo. Pero antes de que el otro pudiera responder, un ruido en la habitación contigua los alertó. Alguien más estaba ahí, no estaban solos. Seguramente sería su jefe o alguien más, y dando un paso hacia atrás, dio por terminada su conversación.
El sonido seco de la puerta cediendo ante su patada resonó en el pasillo. Con la mandíbula apretada y el ceño fruncido, el detective Joon cruzó el umbral con su maletín en una mano y la otra lista para cualquier imprevisto. Su compañero le seguía de cerca, con el sudor perlando su frente ante la energía implacable del otro. ⸻ Si sigues entrando así a los lugares, un día te van a mandar la cuenta de las reparaciones ⸻bufó con burla una voz que podiasacwrle canas tan temprano. Joon entrecerró los ojos al ver la figura despreocupada de su compañero recargado contra la pared, con los brazos cruzados y una media sonrisa. Ese maldito siempre parecía divertirse viéndolo actuar. ⸻ Si no me hicieras perder el tiempo con pistas a medias, no tendría que estar aquí ahora ⸻respondió con voz seca, avanzando hacia él. El hombre ladeó la cabeza, la luz del ventanal perfilando su rostro con un aire casi perezoso.⸻ Les dije que tenía una orden. Pero claro, siempre quieren hacer esto por las malas ⸻Suspiró, acomodando la carpeta de evidencias bajo el brazo mientras echaba un vistazo a la puerta que acababa de empujar. Estaba bien, por suerte. ⸻ ¿Te hice perder el tiempo? ¿O solo querías otra excusa para verme? ⸻El silencio que siguió fue tenso, pero no de amenaza… sino de algo más. Algo que Joon prefería no reconocer. ⸻ Dime lo que sabes. Ahora. El otro sonrió, despacio, como un gato que sabe que la presa no tiene escapatoria.⸻ Depende… ¿qué tan bien me lo pides? ⸻apretó la mandíbula, sintiendo el calor treparle por la nuca. Ese maldito sabía exactamente cómo exasperarlo. Su paciencia ya estaba al límite, pero ceder a ese juego era lo peor que podía hacer. ⸻ No tengo tiempo para tus malditos rodeos ⸻gruñó, acercándose hasta quedar a escasos centímetros de él. Podía sentir su aliento, la burla en sus ojos, la tensión en el aire volviéndose insoportable. ⸻ ¿Seguro? ⸻susurró el otro, inclinándose apenas. Sus labios casi rozaron la línea de su mandíbula. Joon sintió un escalofrío recorrerle la espalda, pero no se echó atrás. No podía. No debía. ⸻ Última oportunidad ⸻dijo con la voz grave, apenas un murmullo. Pero antes de que el otro pudiera responder, un ruido en la habitación contigua los alertó. Alguien más estaba ahí, no estaban solos. Seguramente sería su jefe o alguien más, y dando un paso hacia atrás, dio por terminada su conversación.
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