[> +18 Gore <]
[- Universo Alterno]
¿Cuánto puede soportar un corazón antes de romperse?
¿En qué momento el amor se pudre y se convierte en algo monstruoso?
Siempre lo decía papá:
"La honestidad sin amabilidad es brutalidad; la amabilidad sin honestidad, manipulación."
Pero nadie podía prever hasta dónde llegaría Anju cuando no recibió ni honestidad, ni amabilidad...
Lo único que recibió fue manipula ion envuelta en mentiras
"No la conozco."
"Está loca."
"No tengo idea de qué habla esa vieja ridícula."
Cada vez que Anju cuestionaba a su novio sobre aquellas mujeres que se acercaban demasiado, esas eran las respuestas que recibía.
"Ni idea, quienes sean ellas."
"No sé qué esperas que te diga."
"Deja de imaginar cosas."
Las palabras resonaban en su mente como una burla constante, como un puñal que giraba en su pecho. Anju había prometido mantener la calma, había suplicado por la verdad, asegurándole que no importaba lo que dijera, lo perdonaría.
Pero él no cedió.
Jamás lo hizo.
Y entonces, la verdad llegó... no de los labios de su amado, sino de los de una amiga inesperada.
Aquella mujer no solo aseguraba conocer a las exnovias del novio de Anju, sino que también confirmó sus peores sospechas: mentiras, traiciones, estafas... dramas que repetía con cada nueva víctima.
Anju no reaccionó.
Ni una lágrima, ni un grito.
Solo un silencio aterrador.
Esa noche, mientras las sombras invadían su habitación, Anju se dedicó a preparar todo con una calma meticulosa.
La cita sería especial, un evento único.
Cuando él llegó, no encontró a la dulce Anju que había manipulado con tanta facilidad.
En su lugar, lo recibió una mujer cuya sonrisa era más filosa que cualquier cuchillo.
Él intentó hablar, pero sus palabras se perdieron en el aire estancado.
La primera incisión fue rápida, limpia, como si ella hubiera practicado durante años.
Los gritos llenaron la habitación, pero las paredes parecían sordas. Anju trabajaba con precisión, transformando cada mentira en un corte, cada traición en una incisión más profunda.
El silencio regresó cuando él dejó de moverse. Su cuerpo, ahora irreconocible, yacía en la mesa que alguna vez fue escenario de cenas románticas.
Anju lo miró con una mezcla de satisfacción y alivio.
Tal vez, pensó, él sería más útil en pedazos.
Después de todo, solo así no volvería a romperle el corazón a otra chica.
¿ o si?
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¿Cuánto puede soportar un corazón antes de romperse?
¿En qué momento el amor se pudre y se convierte en algo monstruoso?
Siempre lo decía papá:
"La honestidad sin amabilidad es brutalidad; la amabilidad sin honestidad, manipulación."
Pero nadie podía prever hasta dónde llegaría Anju cuando no recibió ni honestidad, ni amabilidad...
Lo único que recibió fue manipula ion envuelta en mentiras
"No la conozco."
"Está loca."
"No tengo idea de qué habla esa vieja ridícula."
Cada vez que Anju cuestionaba a su novio sobre aquellas mujeres que se acercaban demasiado, esas eran las respuestas que recibía.
"Ni idea, quienes sean ellas."
"No sé qué esperas que te diga."
"Deja de imaginar cosas."
Las palabras resonaban en su mente como una burla constante, como un puñal que giraba en su pecho. Anju había prometido mantener la calma, había suplicado por la verdad, asegurándole que no importaba lo que dijera, lo perdonaría.
Pero él no cedió.
Jamás lo hizo.
Y entonces, la verdad llegó... no de los labios de su amado, sino de los de una amiga inesperada.
Aquella mujer no solo aseguraba conocer a las exnovias del novio de Anju, sino que también confirmó sus peores sospechas: mentiras, traiciones, estafas... dramas que repetía con cada nueva víctima.
Anju no reaccionó.
Ni una lágrima, ni un grito.
Solo un silencio aterrador.
Esa noche, mientras las sombras invadían su habitación, Anju se dedicó a preparar todo con una calma meticulosa.
La cita sería especial, un evento único.
Cuando él llegó, no encontró a la dulce Anju que había manipulado con tanta facilidad.
En su lugar, lo recibió una mujer cuya sonrisa era más filosa que cualquier cuchillo.
Él intentó hablar, pero sus palabras se perdieron en el aire estancado.
La primera incisión fue rápida, limpia, como si ella hubiera practicado durante años.
Los gritos llenaron la habitación, pero las paredes parecían sordas. Anju trabajaba con precisión, transformando cada mentira en un corte, cada traición en una incisión más profunda.
El silencio regresó cuando él dejó de moverse. Su cuerpo, ahora irreconocible, yacía en la mesa que alguna vez fue escenario de cenas románticas.
Anju lo miró con una mezcla de satisfacción y alivio.
Tal vez, pensó, él sería más útil en pedazos.
Después de todo, solo así no volvería a romperle el corazón a otra chica.
¿ o si?
