— Oye...¿pero qué haces?... ¡Ayyy!.
El tremendo golpe lo dejó aturdido, mandando a volar las gafas al instante, el peso de la mujer sobre su pecho no era incomodo, pero le costaba respirar debido a ello.
El tremendo golpe lo dejó aturdido, mandando a volar las gafas al instante, el peso de la mujer sobre su pecho no era incomodo, pero le costaba respirar debido a ello.
— Oye...¿pero qué haces?... ¡Ayyy!.
El tremendo golpe lo dejó aturdido, mandando a volar las gafas al instante, el peso de la mujer sobre su pecho no era incomodo, pero le costaba respirar debido a ello.