— Oye...¿pero qué haces?... ¡Ayyy!.

El tremendo golpe lo dejó aturdido, mandando a volar las gafas al instante, el peso de la mujer sobre su pecho no era incomodo, pero le costaba respirar debido a ello.
— Oye...¿pero qué haces?... ¡Ayyy!. El tremendo golpe lo dejó aturdido, mandando a volar las gafas al instante, el peso de la mujer sobre su pecho no era incomodo, pero le costaba respirar debido a ello.
Me gusta
Me encocora
Me shockea
Me enjaja
9
1 turno 0 maullidos 266 vistas
Patrocinados
Patrocinados