Hacía mucho que no había gozado de tanta paz. Llevaba un tiempo sin que los problemas asomarán por su templo o sus allegados. Y, aquel día, no era diferente. Esa noche había nevado con cierta intensidad en el monte Inari, dejando un bello manto blanco que había cuajado.
Kazuo aprovechó aquella magnífica tarde para colocar algunos ofudas de protección ante espíritus malignos. Ahora más que nunca tenía mucho que proteger y perder.
Kazuo aprovechó aquella magnífica tarde para colocar algunos ofudas de protección ante espíritus malignos. Ahora más que nunca tenía mucho que proteger y perder.
Hacía mucho que no había gozado de tanta paz. Llevaba un tiempo sin que los problemas asomarán por su templo o sus allegados. Y, aquel día, no era diferente. Esa noche había nevado con cierta intensidad en el monte Inari, dejando un bello manto blanco que había cuajado.
Kazuo aprovechó aquella magnífica tarde para colocar algunos ofudas de protección ante espíritus malignos. Ahora más que nunca tenía mucho que proteger y perder.