Mientras ordena algunas cosas en su arsenal, tenía muchas cosas que limpiar, ordenar, acomodar y sobre todo evitar que Ordis se emocionará con toda arma explosiva que ha fabricado y utilizado en todo su trayecto como tenno.
— ...
El tenno parpadea un par de veces al levantar varias dagas y una cae al suelo, un arma filosa, pero aún más pequeña que las dagas que colecciona, primero, deja las demás dagas en una caja más amplia.
— Que tenemos aquí.
Regresa para inclinarse y contemplar esa pequeña daga, inútil para las manos de Chroma, sin embargo, lo había olvidado, hasta ese momento, la forma de un ave, su diseño poco convencional, recordó a la dueña de esa arma.
— Ja, como olvidarlo, qué descuidado.
De las pocas armas que perforó su armadura y recuerda el dolor que sintió entre las costillas de Chroma, una chica lista, para el tenno, quien sujeta esa hoja con más lentitud y algo de delicadeza, sonríe ligeramente por ese encuentro poco fortuito.
— Que habrá sido...
Guarda la navaja junto a otros objetos que no son bélicos, tiene una mesa con vista al espacio exterior, donde deja los regalos más preciados por Hayden en sus andanzas con Chroma.
— La verdad... si quería...
Contempla esa arma mientras solo sacude la cabeza, no debía dejarse llevar por tonterías destinadas a los mortales.
— ...
El tenno parpadea un par de veces al levantar varias dagas y una cae al suelo, un arma filosa, pero aún más pequeña que las dagas que colecciona, primero, deja las demás dagas en una caja más amplia.
— Que tenemos aquí.
Regresa para inclinarse y contemplar esa pequeña daga, inútil para las manos de Chroma, sin embargo, lo había olvidado, hasta ese momento, la forma de un ave, su diseño poco convencional, recordó a la dueña de esa arma.
— Ja, como olvidarlo, qué descuidado.
De las pocas armas que perforó su armadura y recuerda el dolor que sintió entre las costillas de Chroma, una chica lista, para el tenno, quien sujeta esa hoja con más lentitud y algo de delicadeza, sonríe ligeramente por ese encuentro poco fortuito.
— Que habrá sido...
Guarda la navaja junto a otros objetos que no son bélicos, tiene una mesa con vista al espacio exterior, donde deja los regalos más preciados por Hayden en sus andanzas con Chroma.
— La verdad... si quería...
Contempla esa arma mientras solo sacude la cabeza, no debía dejarse llevar por tonterías destinadas a los mortales.
Mientras ordena algunas cosas en su arsenal, tenía muchas cosas que limpiar, ordenar, acomodar y sobre todo evitar que Ordis se emocionará con toda arma explosiva que ha fabricado y utilizado en todo su trayecto como tenno.
— ...
El tenno parpadea un par de veces al levantar varias dagas y una cae al suelo, un arma filosa, pero aún más pequeña que las dagas que colecciona, primero, deja las demás dagas en una caja más amplia.
— Que tenemos aquí.
Regresa para inclinarse y contemplar esa pequeña daga, inútil para las manos de Chroma, sin embargo, lo había olvidado, hasta ese momento, la forma de un ave, su diseño poco convencional, recordó a la dueña de esa arma.
— Ja, como olvidarlo, qué descuidado.
De las pocas armas que perforó su armadura y recuerda el dolor que sintió entre las costillas de Chroma, una chica lista, para el tenno, quien sujeta esa hoja con más lentitud y algo de delicadeza, sonríe ligeramente por ese encuentro poco fortuito.
— Que habrá sido...
Guarda la navaja junto a otros objetos que no son bélicos, tiene una mesa con vista al espacio exterior, donde deja los regalos más preciados por Hayden en sus andanzas con Chroma.
— La verdad... si quería...
Contempla esa arma mientras solo sacude la cabeza, no debía dejarse llevar por tonterías destinadas a los mortales.