El frío no le molestaba. Amaba los días de nieve, pues le recuerdan la pureza y la serenidad de su tierra natal en el monte Inari. Pasear por los bosques cubiertos de blanco, dejando que los copos se deslicen suavemente sobre su cabello, hasta que estos se precipitaban al suelo. Disfruta observando cómo la naturaleza queda en silencio, mientras su fuego zafiro iluminaba su siguiente paso. Estos momentos lo llenan de paz, permitiéndole reflexionar y conectar con la esencia de su ser.
El frío no le molestaba. Amaba los días de nieve, pues le recuerdan la pureza y la serenidad de su tierra natal en el monte Inari. Pasear por los bosques cubiertos de blanco, dejando que los copos se deslicen suavemente sobre su cabello, hasta que estos se precipitaban al suelo. Disfruta observando cómo la naturaleza queda en silencio, mientras su fuego zafiro iluminaba su siguiente paso. Estos momentos lo llenan de paz, permitiéndole reflexionar y conectar con la esencia de su ser.