Febrero

Entonaba plegarias a los benditos cielos de Febrero. Día a día visitaba las fronteras del mismo distrito, coronado de flora silvestre. Y solía asentarse junto a él, pero no podía traerlo a la vida. La estatua evanescente aún no se movía, para pesar de su alma.
Febrero Entonaba plegarias a los benditos cielos de Febrero. Día a día visitaba las fronteras del mismo distrito, coronado de flora silvestre. Y solía asentarse junto a él, pero no podía traerlo a la vida. La estatua evanescente aún no se movía, para pesar de su alma.
0 turnos 0 maullidos
Patrocinados
Patrocinados