Justo después de la hora de almorzar, un cuervo vuela rondando los cielos de la academia Nevermore como tantos otros que hicieron del lugar su sitio favorito. Sólo que este cuervo en particular lleva un paquetito de papel entre sus garras y tiene un objetivo: la habitación del cuarto de Thomas Lottman.

El cuervo se posa en el alféizar para echar un vistazo al interior, donde comprueba que no hay moros en la costa antes de colarse dentro para aterrizar suavemente sobre la mesita de noche del alumno y dejar ahí su carga, cuidadosamente.

Como en la ocasión anterior, el paquetito tiene una nota enrollada que sólo revelará sus letras ante los ojos del indicado.

"Querido Thomas:
Me tomé la libertad de crear algo para ti con las flores que me diste. Espero que te guste.
Por cierto, les llaman 'nomeolvides'.
Yo jamás te olvidé, y jamás te olvidaría."