— Que lindo día.

> Tenía tiempo sin disfrutar de la paz que brindaba aquel parque que recurría constantemente, antes de conocerle a él. Llevaba en mano su cuaderno de notas de aquellas clases sobre las estrellas; quería repasar un poco del tema, al igual que dibujar en esas hojas la escena que la naturaleza quiera brindarle. Durante su trayecto entre los árboles y arbustos, encontró un campo con flores y el cielo despejado; se veía desolado.

— Es perfecto.

> Al tomar asiento, vió a unos metros una pequeña figura canina; su pelaje anaranjado resplandecía ante la luz solar. El castaño, sin miedo, llamó a ese animalito; su parte animal, le permitía una convivencia tranquila con los caninos.

— Hey pequeñito, ¿qué te trae por aquí? ¿Estoy invadiendo tu casa? Eres muy...oh....¿Tú de nuevo?

> Una mariposa se hizo presente. Su linda guía; aquella que lo unió a ese misterioso hombre.
— Que lindo día. > Tenía tiempo sin disfrutar de la paz que brindaba aquel parque que recurría constantemente, antes de conocerle a él. Llevaba en mano su cuaderno de notas de aquellas clases sobre las estrellas; quería repasar un poco del tema, al igual que dibujar en esas hojas la escena que la naturaleza quiera brindarle. Durante su trayecto entre los árboles y arbustos, encontró un campo con flores y el cielo despejado; se veía desolado. — Es perfecto. > Al tomar asiento, vió a unos metros una pequeña figura canina; su pelaje anaranjado resplandecía ante la luz solar. El castaño, sin miedo, llamó a ese animalito; su parte animal, le permitía una convivencia tranquila con los caninos. — Hey pequeñito, ¿qué te trae por aquí? ¿Estoy invadiendo tu casa? Eres muy...oh....¿Tú de nuevo? > Una mariposa se hizo presente. Su linda guía; aquella que lo unió a ese misterioso hombre.
Me gusta
Me encocora
4
0 turnos 0 maullidos 164 vistas
Patrocinados
Patrocinados