Las ruinas de Eldoria
La selva de Umbren se extiende ante ti, un vasto océano de árboles antiguos cuyas copas oscurecen el cielo. Los rayos del sol apenas logran atravesar el denso follaje, bañando el suelo en una penumbra verde y dorada. El aire es denso y húmedo, cargado con el aroma de tierra mojada y plantas exóticas.
El mapa en tus manos, ajado por el tiempo, tiembla ligeramente mientras lo sostienes. Las marcas trazadas a mano indican un lugar más allá de las montañas brumosas que se asoman en el horizonte: las Ruinas de Eldoria, envueltas en leyendas de gloria y tragedia.
A tu alrededor, los sonidos de la selva cobran vida: el trino de aves desconocidas, el zumbido insistente de insectos, y, de vez en cuando, un crujido que te pone alerta. Según las historias, nadie ha llegado a Eldoria sin enfrentarse a pruebas mortales, tanto físicas como mentales.
En tu mochila llevas solo lo esencial: provisiones, una herramienta útil, y un objeto que te recuerda por qué iniciaste este viaje. No hay marcha atrás. Con un último vistazo al mapa, das el primer paso hacia lo desconocido.
El camino se bifurca pronto:
A la izquierda, una senda angosta entre árboles oscuros que parecen inclinarse hacia ti.
A la derecha, un riachuelo que fluye lentamente, su agua cristalina reflejando el brillo del sol poniente.
La selva de Umbren se extiende ante ti, un vasto océano de árboles antiguos cuyas copas oscurecen el cielo. Los rayos del sol apenas logran atravesar el denso follaje, bañando el suelo en una penumbra verde y dorada. El aire es denso y húmedo, cargado con el aroma de tierra mojada y plantas exóticas.
El mapa en tus manos, ajado por el tiempo, tiembla ligeramente mientras lo sostienes. Las marcas trazadas a mano indican un lugar más allá de las montañas brumosas que se asoman en el horizonte: las Ruinas de Eldoria, envueltas en leyendas de gloria y tragedia.
A tu alrededor, los sonidos de la selva cobran vida: el trino de aves desconocidas, el zumbido insistente de insectos, y, de vez en cuando, un crujido que te pone alerta. Según las historias, nadie ha llegado a Eldoria sin enfrentarse a pruebas mortales, tanto físicas como mentales.
En tu mochila llevas solo lo esencial: provisiones, una herramienta útil, y un objeto que te recuerda por qué iniciaste este viaje. No hay marcha atrás. Con un último vistazo al mapa, das el primer paso hacia lo desconocido.
El camino se bifurca pronto:
A la izquierda, una senda angosta entre árboles oscuros que parecen inclinarse hacia ti.
A la derecha, un riachuelo que fluye lentamente, su agua cristalina reflejando el brillo del sol poniente.
Tipo
Individual
Líneas
9000
Estado
Disponible