Con flores en su cabello cuyas raíces crecían desde su corazón ella estaba llena de bondad en su alma. Los pétalos crecían reflejando ésa felicidad y armonía tan naturales y genuinas en su persona, floreciendo, hasta que terminaban por caer en una lluvia de colores sin fin pues ése encanto le pertenecía siempre, por ello, le acompañara el amor, dulzura y ternura por siempre.
Con flores en su cabello cuyas raíces crecían desde su corazón ella estaba llena de bondad en su alma. Los pétalos crecían reflejando ésa felicidad y armonía tan naturales y genuinas en su persona, floreciendo, hasta que terminaban por caer en una lluvia de colores sin fin pues ése encanto le pertenecía siempre, por ello, le acompañara el amor, dulzura y ternura por siempre.