Las nubes se arremolinaban densas a mi alrededor mientras mis alas cortaban el aire con firmeza. Sentía el viento rozando mis escamas, cálido y familiar, como si Eldoria me diera la bienvenida tras mi largo viaje. Las Montañas Flotantes de Azurheim se alzaban imponentes frente a mí, inmutables, bañadas en la energía mágica que siempre había sido mi hogar.
Había estado meses en el mundo humano, y ahora todo lo que había visto y aprendido debía ser entregado.
Había estado meses en el mundo humano, y ahora todo lo que había visto y aprendido debía ser entregado.
Las nubes se arremolinaban densas a mi alrededor mientras mis alas cortaban el aire con firmeza. Sentía el viento rozando mis escamas, cálido y familiar, como si Eldoria me diera la bienvenida tras mi largo viaje. Las Montañas Flotantes de Azurheim se alzaban imponentes frente a mí, inmutables, bañadas en la energía mágica que siempre había sido mi hogar.
Había estado meses en el mundo humano, y ahora todo lo que había visto y aprendido debía ser entregado.