— Para ser honesta, a veces no me siento ni la mitad de cool de lo que la gente piensa que soy, y estoy bastante seguro de que si alguno de ellos se tomara el tiempo para llegar a conocerme de verdad, probablemente cambiaría su opinión. — Sonriendo, levanta su mirada hacia el cielo, surrando para si misma, mientras el viento se llevaba todas sus palabras.

— Es como ese estanque en el que yo patinaba cuando era pequeña. Desde lejos, el hielo parecía súper brillante y suave, hasta que te acercabas lo suficiente y, de repente, se hacía invisible. Ésa soy yo supongo. Cubierto de marcas de patines en el que nadie parece nunca darse cuenta. —