— ¿Por qué accedí a esto? Es vergonzoso. Pero ya estoy aquí, no puedo hacerme para atrás.
> Durante un día laboral, una fémina híbrida se acercó a él, con una gran sonrisa en su rostro y un brillo singular en su mirada, como si hubiese encontrado un enorme tesoro que la llenaría de riquezas. Le ofreció un trabajo de modelo; mientras contaba los beneficios de su compañía, halagaba el físico del castaño, no encontraba algo que le disgustara. Decía que era el modelo perfecto para sus nuevas prendas. Dudó bastante en aceptar, ya que las noticias de falsos grupos de modelaje que secuestraban personas no dejaban de sonar en la radio, televisión e incluso en las redes sociales eran vistas. Algo había en esa mujer que le generó confianza. Marcó al número que le fue dejado; le indicaron una dirección. Antes de asistir, colocó la dirección en un mapa, visualizando que el edificio era conocido y concurrido, muchos visitaban los demás locales que se encontraban.
> Estando ahí, se percató que era la única persona en la sala de espera. La mujer apareció poco después, con esa misma sonrisa con la que la conoció. Agradeció al joven por aceptar su propuesta. Le entregó una de las prendas que deberá usar, comentándole que siguiera a otra chica que estaba ahí. Una maquillista. La siguió hasta un probador, donde vio el atuendo a modelar. Negó constantemente la idea de usar algo como eso, pero el poder de convencimiento de la dueña era demasiado. Al salir, la maquillista arregló los detalles finales.
— ¿Está segura de esto? Creo que es evidente que soy un chico.
> La mayor aseguraba que todo saldría bien. Comenzó con la sesión fotográfica. El híbrido estaba avergonzado, notándose en sus orejas algo gachas y su rostro ruborizado.
> Durante un día laboral, una fémina híbrida se acercó a él, con una gran sonrisa en su rostro y un brillo singular en su mirada, como si hubiese encontrado un enorme tesoro que la llenaría de riquezas. Le ofreció un trabajo de modelo; mientras contaba los beneficios de su compañía, halagaba el físico del castaño, no encontraba algo que le disgustara. Decía que era el modelo perfecto para sus nuevas prendas. Dudó bastante en aceptar, ya que las noticias de falsos grupos de modelaje que secuestraban personas no dejaban de sonar en la radio, televisión e incluso en las redes sociales eran vistas. Algo había en esa mujer que le generó confianza. Marcó al número que le fue dejado; le indicaron una dirección. Antes de asistir, colocó la dirección en un mapa, visualizando que el edificio era conocido y concurrido, muchos visitaban los demás locales que se encontraban.
> Estando ahí, se percató que era la única persona en la sala de espera. La mujer apareció poco después, con esa misma sonrisa con la que la conoció. Agradeció al joven por aceptar su propuesta. Le entregó una de las prendas que deberá usar, comentándole que siguiera a otra chica que estaba ahí. Una maquillista. La siguió hasta un probador, donde vio el atuendo a modelar. Negó constantemente la idea de usar algo como eso, pero el poder de convencimiento de la dueña era demasiado. Al salir, la maquillista arregló los detalles finales.
— ¿Está segura de esto? Creo que es evidente que soy un chico.
> La mayor aseguraba que todo saldría bien. Comenzó con la sesión fotográfica. El híbrido estaba avergonzado, notándose en sus orejas algo gachas y su rostro ruborizado.
— ¿Por qué accedí a esto? Es vergonzoso. Pero ya estoy aquí, no puedo hacerme para atrás.
> Durante un día laboral, una fémina híbrida se acercó a él, con una gran sonrisa en su rostro y un brillo singular en su mirada, como si hubiese encontrado un enorme tesoro que la llenaría de riquezas. Le ofreció un trabajo de modelo; mientras contaba los beneficios de su compañía, halagaba el físico del castaño, no encontraba algo que le disgustara. Decía que era el modelo perfecto para sus nuevas prendas. Dudó bastante en aceptar, ya que las noticias de falsos grupos de modelaje que secuestraban personas no dejaban de sonar en la radio, televisión e incluso en las redes sociales eran vistas. Algo había en esa mujer que le generó confianza. Marcó al número que le fue dejado; le indicaron una dirección. Antes de asistir, colocó la dirección en un mapa, visualizando que el edificio era conocido y concurrido, muchos visitaban los demás locales que se encontraban.
> Estando ahí, se percató que era la única persona en la sala de espera. La mujer apareció poco después, con esa misma sonrisa con la que la conoció. Agradeció al joven por aceptar su propuesta. Le entregó una de las prendas que deberá usar, comentándole que siguiera a otra chica que estaba ahí. Una maquillista. La siguió hasta un probador, donde vio el atuendo a modelar. Negó constantemente la idea de usar algo como eso, pero el poder de convencimiento de la dueña era demasiado. Al salir, la maquillista arregló los detalles finales.
— ¿Está segura de esto? Creo que es evidente que soy un chico.
> La mayor aseguraba que todo saldría bien. Comenzó con la sesión fotográfica. El híbrido estaba avergonzado, notándose en sus orejas algo gachas y su rostro ruborizado.