— Un corazón antiguo ya no sirve en este mundo de amor líquido y vacío, posmoderno y monetizado.
Ahora solo somos moneda de intercambio social, económico, político y social puestos en una vitrina a la espera del mejor postor. Un amor que se resigna a ser real, que le teme al cambio y se ha disminuido a su lado más hedonista, sexual y ahogado en un punto mercantil donde solo importa el envase sin contenido sin sustancia ni propósito.
El amor es superficial, efímero y sin valor ya no importa amar con el corazón si este es un mero apéndice que no sirve de nada. Una mirada, una sonrisa, esa conexión al instante.
Un verso y un poema aderezado con un tonto romanticismo, unas risas escribiendo un buen recuerdo.
Nada, ya no importa.
No importa poner tu corazón en ello.
No importa la espera, los nervios tontos que te hacen trabarte al hablar y mucho menos ser vulnerable.
La poesía murió en apuñalado por la posmodernidad y en su tumba ahora se celebra el placer instantáneo y el deseo carnal. Que más da..... —
Nenet se deja llevar en sus pensamientos dejando salir un ligero y pesimista suspiro mientras observa por la ventana en el tren que viaja. El vagón está vacío siendo acompañada solo por los melancólicos beats de la música que escucha, cada tempo resuena en su cabeza llevándola a un abismo de tristeza y decepción.
Las palabras sobran ya y no hay más que decir.
El viaje se siente eterno como si cada metro recorrido se convirtiera en interminables kilómetros y los segundos se extendieran hasta la eternidad.
Su corazón se nubla en melancolía decayendo a la tristeza dejándose llevar, arrastrar por la marea y no regresar más
siendo apartada, exiliada de un mundo ciego y eufórico. Lo más puro ahora no es más que solo una moneda de cambio sin valor no proposito ¿Qué más queda?
Ahora todo tiene un código de barras y todo es una tienda global donde hasta el más último detalle es comercializado, intercambiado por dogmas al servicio de corporativos e ideologías que buscan eternizarse al cambio del sustento y la sustancia. Incluso el alma es ya un producto más, puesto en almanaques con la promesa de cambio y un futuro brillante. La vida no es más que una bala en la recámara al día de ser desechada en cualquier momento sin más excusa que la carne podrida de la masa sin mente, sumida en vicios hasta perder todo de valor en líneas plateadas y pecados desenfrenados.
No quiero volver, no quiero formar parte de nada solo quiero desaparecer y desvanecerme en la nada.
Cada vibración del tren cuenta cada segundo y no puedo esperar para irme tan lejos que mi nombre sea solo un mito.
Maldigo la conciencia que se sabe a si misma, este dolor y la angustia de una muerte pronta. Solo quisiera quedar enmudecida al último segundo y mi partida sea indolora y pronta.
Cerrar mis ojos y que todo termine ya.
No hay luz al final del túnel solo una oscuridad absoluta donde te disuelves en ella dejando atrás toda pena y duda.
La crudeza de mi carne se desvanece arrebatandome de todo estímulo y alguna caricia alguna vez obtenida, queda olvidada sin poder ser escrita en una estrella o en un verso a la posteridad.
No hay castigo ni virtud solo una absoluta disolución hasta que el polvo se reúne con todo y nada a la vez.
Maldito dolor... maldito e insano vacío.
No importa, he de partir y nada mas importa.
~ Nenet Nadouri.
Ahora solo somos moneda de intercambio social, económico, político y social puestos en una vitrina a la espera del mejor postor. Un amor que se resigna a ser real, que le teme al cambio y se ha disminuido a su lado más hedonista, sexual y ahogado en un punto mercantil donde solo importa el envase sin contenido sin sustancia ni propósito.
El amor es superficial, efímero y sin valor ya no importa amar con el corazón si este es un mero apéndice que no sirve de nada. Una mirada, una sonrisa, esa conexión al instante.
Un verso y un poema aderezado con un tonto romanticismo, unas risas escribiendo un buen recuerdo.
Nada, ya no importa.
No importa poner tu corazón en ello.
No importa la espera, los nervios tontos que te hacen trabarte al hablar y mucho menos ser vulnerable.
La poesía murió en apuñalado por la posmodernidad y en su tumba ahora se celebra el placer instantáneo y el deseo carnal. Que más da..... —
Nenet se deja llevar en sus pensamientos dejando salir un ligero y pesimista suspiro mientras observa por la ventana en el tren que viaja. El vagón está vacío siendo acompañada solo por los melancólicos beats de la música que escucha, cada tempo resuena en su cabeza llevándola a un abismo de tristeza y decepción.
Las palabras sobran ya y no hay más que decir.
El viaje se siente eterno como si cada metro recorrido se convirtiera en interminables kilómetros y los segundos se extendieran hasta la eternidad.
Su corazón se nubla en melancolía decayendo a la tristeza dejándose llevar, arrastrar por la marea y no regresar más
siendo apartada, exiliada de un mundo ciego y eufórico. Lo más puro ahora no es más que solo una moneda de cambio sin valor no proposito ¿Qué más queda?
Ahora todo tiene un código de barras y todo es una tienda global donde hasta el más último detalle es comercializado, intercambiado por dogmas al servicio de corporativos e ideologías que buscan eternizarse al cambio del sustento y la sustancia. Incluso el alma es ya un producto más, puesto en almanaques con la promesa de cambio y un futuro brillante. La vida no es más que una bala en la recámara al día de ser desechada en cualquier momento sin más excusa que la carne podrida de la masa sin mente, sumida en vicios hasta perder todo de valor en líneas plateadas y pecados desenfrenados.
No quiero volver, no quiero formar parte de nada solo quiero desaparecer y desvanecerme en la nada.
Cada vibración del tren cuenta cada segundo y no puedo esperar para irme tan lejos que mi nombre sea solo un mito.
Maldigo la conciencia que se sabe a si misma, este dolor y la angustia de una muerte pronta. Solo quisiera quedar enmudecida al último segundo y mi partida sea indolora y pronta.
Cerrar mis ojos y que todo termine ya.
No hay luz al final del túnel solo una oscuridad absoluta donde te disuelves en ella dejando atrás toda pena y duda.
La crudeza de mi carne se desvanece arrebatandome de todo estímulo y alguna caricia alguna vez obtenida, queda olvidada sin poder ser escrita en una estrella o en un verso a la posteridad.
No hay castigo ni virtud solo una absoluta disolución hasta que el polvo se reúne con todo y nada a la vez.
Maldito dolor... maldito e insano vacío.
No importa, he de partir y nada mas importa.
~ Nenet Nadouri.
— Un corazón antiguo ya no sirve en este mundo de amor líquido y vacío, posmoderno y monetizado.
Ahora solo somos moneda de intercambio social, económico, político y social puestos en una vitrina a la espera del mejor postor. Un amor que se resigna a ser real, que le teme al cambio y se ha disminuido a su lado más hedonista, sexual y ahogado en un punto mercantil donde solo importa el envase sin contenido sin sustancia ni propósito.
El amor es superficial, efímero y sin valor ya no importa amar con el corazón si este es un mero apéndice que no sirve de nada. Una mirada, una sonrisa, esa conexión al instante.
Un verso y un poema aderezado con un tonto romanticismo, unas risas escribiendo un buen recuerdo.
Nada, ya no importa.
No importa poner tu corazón en ello.
No importa la espera, los nervios tontos que te hacen trabarte al hablar y mucho menos ser vulnerable.
La poesía murió en apuñalado por la posmodernidad y en su tumba ahora se celebra el placer instantáneo y el deseo carnal. Que más da..... —
Nenet se deja llevar en sus pensamientos dejando salir un ligero y pesimista suspiro mientras observa por la ventana en el tren que viaja. El vagón está vacío siendo acompañada solo por los melancólicos beats de la música que escucha, cada tempo resuena en su cabeza llevándola a un abismo de tristeza y decepción.
Las palabras sobran ya y no hay más que decir.
El viaje se siente eterno como si cada metro recorrido se convirtiera en interminables kilómetros y los segundos se extendieran hasta la eternidad.
Su corazón se nubla en melancolía decayendo a la tristeza dejándose llevar, arrastrar por la marea y no regresar más
siendo apartada, exiliada de un mundo ciego y eufórico. Lo más puro ahora no es más que solo una moneda de cambio sin valor no proposito ¿Qué más queda?
Ahora todo tiene un código de barras y todo es una tienda global donde hasta el más último detalle es comercializado, intercambiado por dogmas al servicio de corporativos e ideologías que buscan eternizarse al cambio del sustento y la sustancia. Incluso el alma es ya un producto más, puesto en almanaques con la promesa de cambio y un futuro brillante. La vida no es más que una bala en la recámara al día de ser desechada en cualquier momento sin más excusa que la carne podrida de la masa sin mente, sumida en vicios hasta perder todo de valor en líneas plateadas y pecados desenfrenados.
No quiero volver, no quiero formar parte de nada solo quiero desaparecer y desvanecerme en la nada.
Cada vibración del tren cuenta cada segundo y no puedo esperar para irme tan lejos que mi nombre sea solo un mito.
Maldigo la conciencia que se sabe a si misma, este dolor y la angustia de una muerte pronta. Solo quisiera quedar enmudecida al último segundo y mi partida sea indolora y pronta.
Cerrar mis ojos y que todo termine ya.
No hay luz al final del túnel solo una oscuridad absoluta donde te disuelves en ella dejando atrás toda pena y duda.
La crudeza de mi carne se desvanece arrebatandome de todo estímulo y alguna caricia alguna vez obtenida, queda olvidada sin poder ser escrita en una estrella o en un verso a la posteridad.
No hay castigo ni virtud solo una absoluta disolución hasta que el polvo se reúne con todo y nada a la vez.
Maldito dolor... maldito e insano vacío.
No importa, he de partir y nada mas importa.
~ Nenet Nadouri. ☀️