𝑷𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐 𝒚 𝒆𝒏𝒄𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐
° Mika Misono
El sol ya estaba salido. Un orbe brillante de ranúnculos amarillos fundidos. El aire es cálido, pero no demasiado caliente. Solo lo suficientemente frío como para desear que el lujoso calor helado dure el resto del día. Por las calles caminaba König, pendiente a su entorno e intentando llevar una relajada mañana a pesar de los inconvenientes. Únicamente escuchaba el sonido casi inaudible del roce de la tela usada por él, su uniforme de soldado con su tan característica máscara improvisada que cubría su rostro y nerviosismo oculto bajo su temperamento distante y reservado.
Sus ojos agua clara miraban algo inquietos a la cercanía sin saber exactamente dónde posar su mirada. Al mirar vagamente al frente encuentra algo que deslumbra su cuidado e interés, un pequeño felino de pelaje blanco, tan cuidado que parecía nieve ante los ojos del coronel. El pequeño animalito se acercó despreocupado y con su clara inocencia al ajeno, obligándolo a detener su paso. Admirando como el gato se frotaba y ronroneaba contra sus borcegos. Relajado, König se puso a la altura de la que pareciera ser una hembra y le acaricio, poco a poco dejando ver una sonrisa bajo la tela de su máscara. Cargó cuidadosamente en manos a la gatita y verificó que no tuviera alguna herida, al ver que no, König la atrajó suavemente en sus brazos. Y empezó el camino hasta un refugió de gatos muy cercano para ver si quizá la gatita corría la suerte de tener dueño conciente y que este pensará en ir a preguntar por aquel lugar, y si no... Que encontrase alguien.
El sol ya estaba salido. Un orbe brillante de ranúnculos amarillos fundidos. El aire es cálido, pero no demasiado caliente. Solo lo suficientemente frío como para desear que el lujoso calor helado dure el resto del día. Por las calles caminaba König, pendiente a su entorno e intentando llevar una relajada mañana a pesar de los inconvenientes. Únicamente escuchaba el sonido casi inaudible del roce de la tela usada por él, su uniforme de soldado con su tan característica máscara improvisada que cubría su rostro y nerviosismo oculto bajo su temperamento distante y reservado.
Sus ojos agua clara miraban algo inquietos a la cercanía sin saber exactamente dónde posar su mirada. Al mirar vagamente al frente encuentra algo que deslumbra su cuidado e interés, un pequeño felino de pelaje blanco, tan cuidado que parecía nieve ante los ojos del coronel. El pequeño animalito se acercó despreocupado y con su clara inocencia al ajeno, obligándolo a detener su paso. Admirando como el gato se frotaba y ronroneaba contra sus borcegos. Relajado, König se puso a la altura de la que pareciera ser una hembra y le acaricio, poco a poco dejando ver una sonrisa bajo la tela de su máscara. Cargó cuidadosamente en manos a la gatita y verificó que no tuviera alguna herida, al ver que no, König la atrajó suavemente en sus brazos. Y empezó el camino hasta un refugió de gatos muy cercano para ver si quizá la gatita corría la suerte de tener dueño conciente y que este pensará en ir a preguntar por aquel lugar, y si no... Que encontrase alguien.
° [Mika_misono]
El sol ya estaba salido. Un orbe brillante de ranúnculos amarillos fundidos. El aire es cálido, pero no demasiado caliente. Solo lo suficientemente frío como para desear que el lujoso calor helado dure el resto del día. Por las calles caminaba König, pendiente a su entorno e intentando llevar una relajada mañana a pesar de los inconvenientes. Únicamente escuchaba el sonido casi inaudible del roce de la tela usada por él, su uniforme de soldado con su tan característica máscara improvisada que cubría su rostro y nerviosismo oculto bajo su temperamento distante y reservado.
Sus ojos agua clara miraban algo inquietos a la cercanía sin saber exactamente dónde posar su mirada. Al mirar vagamente al frente encuentra algo que deslumbra su cuidado e interés, un pequeño felino de pelaje blanco, tan cuidado que parecía nieve ante los ojos del coronel. El pequeño animalito se acercó despreocupado y con su clara inocencia al ajeno, obligándolo a detener su paso. Admirando como el gato se frotaba y ronroneaba contra sus borcegos. Relajado, König se puso a la altura de la que pareciera ser una hembra y le acaricio, poco a poco dejando ver una sonrisa bajo la tela de su máscara. Cargó cuidadosamente en manos a la gatita y verificó que no tuviera alguna herida, al ver que no, König la atrajó suavemente en sus brazos. Y empezó el camino hasta un refugió de gatos muy cercano para ver si quizá la gatita corría la suerte de tener dueño conciente y que este pensará en ir a preguntar por aquel lugar, y si no... Que encontrase alguien.
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Disponible