-Su sangre fue esparcida por todo el lugar sin piedad, como una auténtica escena de terror, Abel solo se sacudió un poco, esfumándose del lugar como en las otras ocasiones, sacando de su bolsillo el papel arrugado que mantenía tachado los nombres de aquellos infelices que deberían perecer.
-Su sangre fue esparcida por todo el lugar sin piedad, como una auténtica escena de terror, Abel solo se sacudió un poco, esfumándose del lugar como en las otras ocasiones, sacando de su bolsillo el papel arrugado que mantenía tachado los nombres de aquellos infelices que deberían perecer.