El aire ardía a su alrededor, cargado de un calor sofocante y el aroma embriagador de poder. Sus ojos, dos brasas carmesí, se clavaron en ti como si te desnudaran el alma. Una sonrisa lenta, peligrosa, curvó sus labios mientras la pluma negra acariciaba su mano con la promesa de un caos exquisito.

"¿Sabes lo que haces, acercándote a mí?" Su voz era un susurro oscuro, como una caricia de fuego en la piel. Dio un paso adelante, y el suelo pareció temblar. "Te lo advierto... una vez que entres en mi juego, no habrá marcha atrás."

El aire ardía a su alrededor, cargado de un calor sofocante y el aroma embriagador de poder. Sus ojos, dos brasas carmesí, se clavaron en ti como si te desnudaran el alma. Una sonrisa lenta, peligrosa, curvó sus labios mientras la pluma negra acariciaba su mano con la promesa de un caos exquisito. "¿Sabes lo que haces, acercándote a mí?" Su voz era un susurro oscuro, como una caricia de fuego en la piel. Dio un paso adelante, y el suelo pareció temblar. "Te lo advierto... una vez que entres en mi juego, no habrá marcha atrás."
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