"Quizá debí preocuparme más por los exámenes antes de las festividades que después. Odio los exámenes de recuperación."
Lev maldijo en su mente. Odiaba tener ideas tan "brillantes" que después terminaban perjudicandolo como en ese momento. De verdad, ¿por qué había pensado que era una idea brillante aceptar más trabajos de modelaje en lugar de estudiar? Ah sí, porque necesitaba comprarles buenos regalos de navidad a sus hermanas. No había duda de que el Nikolay del pasado era demasiado idiota, tanto que había dejado todos los problemas para la época donde todos preferían divertirse.
Por eso, es que ahora estaba fuera de la habitación de Russell, el chico que tenía mejores notas en las materias de números que se le complicaban. Aún no entendía para qué los necesitaba si él solo iba a terminar como secretario de Alek. No es que no aspirase más en la vida pero, siendo honestos, ¿cómo iba a esforzarse más con sus antecedentes y sus problemas? Suspiró en silencio y volvió a maldecir. Se suponía que el chico llegaría desde el día anterior a los dormitorios de la universidad, ¿por qué tardaba tanto? Su teléfono vibró, leyó el mensaje y entonces lo comprendió: Russell iba a tomarse otra semana de vacaciones para pasar el tiempo con su abuela a quien no veía en meses.
"Voy a matarlo. Cuando ponga un pie en el campus lo mataré. Llevo tres horas aquí. Tengo el trasero frío y ya no siento las piernas. Que te den Russell."
Inspiró hondo e intentó estirar las piernas, pero éstas no le respondieron en lo más mínimo al sentir cómo empezaban a hormiguear. Por ello, fue que terminó leyendo sus propios apuntes para forzarse a entender todo lo que se le dificultaba. Él siempre había sido bueno en la escuela, cuando niño al menos, ¿sería que toda su vida estaba fracasando como consecuencia de sus acciones? Sacudió la cabeza, despejó aquellas ideas erróneas y continuó leyendo. ¿Qué tan difícil podían ser las matemáticas para las estadísticas?
"Odio aquí. Ya me quiero ir."
Lev maldijo en su mente. Odiaba tener ideas tan "brillantes" que después terminaban perjudicandolo como en ese momento. De verdad, ¿por qué había pensado que era una idea brillante aceptar más trabajos de modelaje en lugar de estudiar? Ah sí, porque necesitaba comprarles buenos regalos de navidad a sus hermanas. No había duda de que el Nikolay del pasado era demasiado idiota, tanto que había dejado todos los problemas para la época donde todos preferían divertirse.
Por eso, es que ahora estaba fuera de la habitación de Russell, el chico que tenía mejores notas en las materias de números que se le complicaban. Aún no entendía para qué los necesitaba si él solo iba a terminar como secretario de Alek. No es que no aspirase más en la vida pero, siendo honestos, ¿cómo iba a esforzarse más con sus antecedentes y sus problemas? Suspiró en silencio y volvió a maldecir. Se suponía que el chico llegaría desde el día anterior a los dormitorios de la universidad, ¿por qué tardaba tanto? Su teléfono vibró, leyó el mensaje y entonces lo comprendió: Russell iba a tomarse otra semana de vacaciones para pasar el tiempo con su abuela a quien no veía en meses.
"Voy a matarlo. Cuando ponga un pie en el campus lo mataré. Llevo tres horas aquí. Tengo el trasero frío y ya no siento las piernas. Que te den Russell."
Inspiró hondo e intentó estirar las piernas, pero éstas no le respondieron en lo más mínimo al sentir cómo empezaban a hormiguear. Por ello, fue que terminó leyendo sus propios apuntes para forzarse a entender todo lo que se le dificultaba. Él siempre había sido bueno en la escuela, cuando niño al menos, ¿sería que toda su vida estaba fracasando como consecuencia de sus acciones? Sacudió la cabeza, despejó aquellas ideas erróneas y continuó leyendo. ¿Qué tan difícil podían ser las matemáticas para las estadísticas?
"Odio aquí. Ya me quiero ir."
"Quizá debí preocuparme más por los exámenes antes de las festividades que después. Odio los exámenes de recuperación."
Lev maldijo en su mente. Odiaba tener ideas tan "brillantes" que después terminaban perjudicandolo como en ese momento. De verdad, ¿por qué había pensado que era una idea brillante aceptar más trabajos de modelaje en lugar de estudiar? Ah sí, porque necesitaba comprarles buenos regalos de navidad a sus hermanas. No había duda de que el Nikolay del pasado era demasiado idiota, tanto que había dejado todos los problemas para la época donde todos preferían divertirse.
Por eso, es que ahora estaba fuera de la habitación de Russell, el chico que tenía mejores notas en las materias de números que se le complicaban. Aún no entendía para qué los necesitaba si él solo iba a terminar como secretario de Alek. No es que no aspirase más en la vida pero, siendo honestos, ¿cómo iba a esforzarse más con sus antecedentes y sus problemas? Suspiró en silencio y volvió a maldecir. Se suponía que el chico llegaría desde el día anterior a los dormitorios de la universidad, ¿por qué tardaba tanto? Su teléfono vibró, leyó el mensaje y entonces lo comprendió: Russell iba a tomarse otra semana de vacaciones para pasar el tiempo con su abuela a quien no veía en meses.
"Voy a matarlo. Cuando ponga un pie en el campus lo mataré. Llevo tres horas aquí. Tengo el trasero frío y ya no siento las piernas. Que te den Russell."
Inspiró hondo e intentó estirar las piernas, pero éstas no le respondieron en lo más mínimo al sentir cómo empezaban a hormiguear. Por ello, fue que terminó leyendo sus propios apuntes para forzarse a entender todo lo que se le dificultaba. Él siempre había sido bueno en la escuela, cuando niño al menos, ¿sería que toda su vida estaba fracasando como consecuencia de sus acciones? Sacudió la cabeza, despejó aquellas ideas erróneas y continuó leyendo. ¿Qué tan difícil podían ser las matemáticas para las estadísticas?
"Odio aquí. Ya me quiero ir."