A veces, de manera inevitable, su mente se queda en blanco y parece ido. Es como si nada existiera en el mundo, nada excepto él y toda esa carga de emociones que no termina de entender, pero que siempre están ahí para recordarle que no debe ser feliz. A veces parece que piensa en demasiadas cosas pero, la verdad, es que no piensa en nada porque sus propios pensamientos le aterran. Muchas veces en su cabeza cruzó la posibilidad de morir, es decir, siempre pensó que quien debió morir en aquel accidente era él y no Sasha. Creía ciegamente que, de ser así, muchas cosas en su vida no hubiesen cambiado de manera tan extraña, probablemente ahora mismo sentiría que vive la vida que le corresponde en lugar de hurtarla. Porque ese es un sentimiento que no se puede quitar.
Pero, a veces, dentro de toda esa oscuridad siempre hay un destello de luz: Sasha ya no está y, probablemente, preferiría que viviera lo mejor que pudiera en lugar de lamentarse por las cosas que podrían ser. Rara vez piensa en ello, porque la mayoría de sus recuerdos terminan evocando el accidente una y otra vez; para Nikolay, es preferible no pensar, porque mientras más lo hace más recuerda, más le afecta y más siente.
¿Existiría alguna forma de dejar de sentir? Ojalá, pero, al mismo tiempo, la idea de privarse de la poca felicidad que tiene para calmar su culpa es innecesaria. ¿Si existiera un método para olvidar? Le encantaría, quizá se olvidaría de todo lo malo en su vida, quizá también de lo bueno, pero le permitiría vivir plenamente. Quizá, si olvidara que él mismo se privó de hablar, sería capaz de poder expresar con su propia voz todo lo que siente.
« Quizá. Quizá. Quizá. »
Pero, a veces, dentro de toda esa oscuridad siempre hay un destello de luz: Sasha ya no está y, probablemente, preferiría que viviera lo mejor que pudiera en lugar de lamentarse por las cosas que podrían ser. Rara vez piensa en ello, porque la mayoría de sus recuerdos terminan evocando el accidente una y otra vez; para Nikolay, es preferible no pensar, porque mientras más lo hace más recuerda, más le afecta y más siente.
¿Existiría alguna forma de dejar de sentir? Ojalá, pero, al mismo tiempo, la idea de privarse de la poca felicidad que tiene para calmar su culpa es innecesaria. ¿Si existiera un método para olvidar? Le encantaría, quizá se olvidaría de todo lo malo en su vida, quizá también de lo bueno, pero le permitiría vivir plenamente. Quizá, si olvidara que él mismo se privó de hablar, sería capaz de poder expresar con su propia voz todo lo que siente.
« Quizá. Quizá. Quizá. »
A veces, de manera inevitable, su mente se queda en blanco y parece ido. Es como si nada existiera en el mundo, nada excepto él y toda esa carga de emociones que no termina de entender, pero que siempre están ahí para recordarle que no debe ser feliz. A veces parece que piensa en demasiadas cosas pero, la verdad, es que no piensa en nada porque sus propios pensamientos le aterran. Muchas veces en su cabeza cruzó la posibilidad de morir, es decir, siempre pensó que quien debió morir en aquel accidente era él y no Sasha. Creía ciegamente que, de ser así, muchas cosas en su vida no hubiesen cambiado de manera tan extraña, probablemente ahora mismo sentiría que vive la vida que le corresponde en lugar de hurtarla. Porque ese es un sentimiento que no se puede quitar.
Pero, a veces, dentro de toda esa oscuridad siempre hay un destello de luz: Sasha ya no está y, probablemente, preferiría que viviera lo mejor que pudiera en lugar de lamentarse por las cosas que podrían ser. Rara vez piensa en ello, porque la mayoría de sus recuerdos terminan evocando el accidente una y otra vez; para Nikolay, es preferible no pensar, porque mientras más lo hace más recuerda, más le afecta y más siente.
¿Existiría alguna forma de dejar de sentir? Ojalá, pero, al mismo tiempo, la idea de privarse de la poca felicidad que tiene para calmar su culpa es innecesaria. ¿Si existiera un método para olvidar? Le encantaría, quizá se olvidaría de todo lo malo en su vida, quizá también de lo bueno, pero le permitiría vivir plenamente. Quizá, si olvidara que él mismo se privó de hablar, sería capaz de poder expresar con su propia voz todo lo que siente.
« Quizá. Quizá. Quizá. »