— "Recién amanece y la noche ya es oscura", o algo similar... quizá... deba pensarlo mejor.
-| Tenía su vista puesta en el horizonte, a la par, fumaba de su cigarro con la calma de alguien que lleva años haciéndolo. Suele hacerlo únicamente cuando se sentía decepcionada de alguien, o de algo. Pero últimamente parecía haber adoptado por completo dicho habito sin necesidad de encontrar deplorables las conductas ajenas.
¿Por que sigue haciéndolo entonces? Se lo ha cuestionado múltiples veces. Si bien se ha acostumbrado al sabor de la nicotina, odia el gusto que esta tiene. También le molesta el olor que suele desprender, el como su ropa es impregnada por ese hedor nauseabundo.
Aunque ahora mismo... cualquier tipo de olor es mejor que sangre de demonio, y un par de vísceras.
Había realizado su encargo eficazmente, y probablemente pudo haberlo hecho sola. Tenía que intentar conseguir una "aliada" y ahora gracias a eso, dicha aliada yacía inconsciente dentro del auto.
La bermeja ni siquiera sabía si esta iba a despertar. Las cosas no estaban saliendo como ella esperaba. |-
— No obstante... bajo esta infinita oscuridad... el cielo ha perdido todo su esplendor, como si lo hubiesen asesinado.
-| Gracias a ese hecho, la pelirroja tenía un mal presentimiento. Sentía que no estaba leyendo la letra pequeña en el contrato. Había algo... que estaba fuera de su control... lo cual hacía que la frustración se apoderase de ella. Pero tal insignificancia jamás la hará claudicar. |-
— ¿Yo? En cuanto a mi...
-| Cuestiono como si estuviese hablando con alguien más, a pesar de que esta completamente sola, no existía nadie en ese lugar aparte de ella, la hibrida, y claro... sus cuervos. |-
— Yo no necesito resolución alguna. Los cuervos... ellos serán mis consejeros.
-| Finalizo, concluyendo que pensaría en algo, siempre lo hacía. Lanzo el cigarro a medio terminar al suelo, para después aplastarlo.
En un parpadeo no es más que basura en medio de la calle. Esto, una vez más, cumple con todas sus expectativas. |-
-| Tenía su vista puesta en el horizonte, a la par, fumaba de su cigarro con la calma de alguien que lleva años haciéndolo. Suele hacerlo únicamente cuando se sentía decepcionada de alguien, o de algo. Pero últimamente parecía haber adoptado por completo dicho habito sin necesidad de encontrar deplorables las conductas ajenas.
¿Por que sigue haciéndolo entonces? Se lo ha cuestionado múltiples veces. Si bien se ha acostumbrado al sabor de la nicotina, odia el gusto que esta tiene. También le molesta el olor que suele desprender, el como su ropa es impregnada por ese hedor nauseabundo.
Aunque ahora mismo... cualquier tipo de olor es mejor que sangre de demonio, y un par de vísceras.
Había realizado su encargo eficazmente, y probablemente pudo haberlo hecho sola. Tenía que intentar conseguir una "aliada" y ahora gracias a eso, dicha aliada yacía inconsciente dentro del auto.
La bermeja ni siquiera sabía si esta iba a despertar. Las cosas no estaban saliendo como ella esperaba. |-
— No obstante... bajo esta infinita oscuridad... el cielo ha perdido todo su esplendor, como si lo hubiesen asesinado.
-| Gracias a ese hecho, la pelirroja tenía un mal presentimiento. Sentía que no estaba leyendo la letra pequeña en el contrato. Había algo... que estaba fuera de su control... lo cual hacía que la frustración se apoderase de ella. Pero tal insignificancia jamás la hará claudicar. |-
— ¿Yo? En cuanto a mi...
-| Cuestiono como si estuviese hablando con alguien más, a pesar de que esta completamente sola, no existía nadie en ese lugar aparte de ella, la hibrida, y claro... sus cuervos. |-
— Yo no necesito resolución alguna. Los cuervos... ellos serán mis consejeros.
-| Finalizo, concluyendo que pensaría en algo, siempre lo hacía. Lanzo el cigarro a medio terminar al suelo, para después aplastarlo.
En un parpadeo no es más que basura en medio de la calle. Esto, una vez más, cumple con todas sus expectativas. |-
— "Recién amanece y la noche ya es oscura", o algo similar... quizá... deba pensarlo mejor.
-| Tenía su vista puesta en el horizonte, a la par, fumaba de su cigarro con la calma de alguien que lleva años haciéndolo. Suele hacerlo únicamente cuando se sentía decepcionada de alguien, o de algo. Pero últimamente parecía haber adoptado por completo dicho habito sin necesidad de encontrar deplorables las conductas ajenas.
¿Por que sigue haciéndolo entonces? Se lo ha cuestionado múltiples veces. Si bien se ha acostumbrado al sabor de la nicotina, odia el gusto que esta tiene. También le molesta el olor que suele desprender, el como su ropa es impregnada por ese hedor nauseabundo.
Aunque ahora mismo... cualquier tipo de olor es mejor que sangre de demonio, y un par de vísceras.
Había realizado su encargo eficazmente, y probablemente pudo haberlo hecho sola. Tenía que intentar conseguir una "aliada" y ahora gracias a eso, dicha aliada yacía inconsciente dentro del auto.
La bermeja ni siquiera sabía si esta iba a despertar. Las cosas no estaban saliendo como ella esperaba. |-
— No obstante... bajo esta infinita oscuridad... el cielo ha perdido todo su esplendor, como si lo hubiesen asesinado.
-| Gracias a ese hecho, la pelirroja tenía un mal presentimiento. Sentía que no estaba leyendo la letra pequeña en el contrato. Había algo... que estaba fuera de su control... lo cual hacía que la frustración se apoderase de ella. Pero tal insignificancia jamás la hará claudicar. |-
— ¿Yo? En cuanto a mi...
-| Cuestiono como si estuviese hablando con alguien más, a pesar de que esta completamente sola, no existía nadie en ese lugar aparte de ella, la hibrida, y claro... sus cuervos. |-
— Yo no necesito resolución alguna. Los cuervos... ellos serán mis consejeros.
-| Finalizo, concluyendo que pensaría en algo, siempre lo hacía. Lanzo el cigarro a medio terminar al suelo, para después aplastarlo.
En un parpadeo no es más que basura en medio de la calle. Esto, una vez más, cumple con todas sus expectativas. |-