Sus labios eran rojos, su aspecto era libre,
sus rizos eran tan amarillos como el oro,
su piel era tan blanca como la lepra.
Ella era la pesadilla, la-muerte-en-vida
que espesa la sangre del hombre con el frío.
sus rizos eran tan amarillos como el oro,
su piel era tan blanca como la lepra.
Ella era la pesadilla, la-muerte-en-vida
que espesa la sangre del hombre con el frío.
Sus labios eran rojos, su aspecto era libre,
sus rizos eran tan amarillos como el oro,
su piel era tan blanca como la lepra.
Ella era la pesadilla, la-muerte-en-vida
que espesa la sangre del hombre con el frío.