— Así que... ¿Éstas son las cosas que tanto te gusta coleccionar? —Ayato carraspeó. No sabía realmente cómo expresar su ligera incomodidad ante la desilusión. ¿Cómo es que cosas tan simples y ordinarias, por no llamarlas baratijas, podían ser tan interesantes para los demás? De nuevo, se vio en la necesidad de carraspear, así mostró una tenue sonrisa.— Vaya, esperaba algo... Diferente. Pero no importa, si tanto te gustan puedes quedarte con ellas.
— Así que... ¿Éstas son las cosas que tanto te gusta coleccionar? —Ayato carraspeó. No sabía realmente cómo expresar su ligera incomodidad ante la desilusión. ¿Cómo es que cosas tan simples y ordinarias, por no llamarlas baratijas, podían ser tan interesantes para los demás? De nuevo, se vio en la necesidad de carraspear, así mostró una tenue sonrisa.— Vaya, esperaba algo... Diferente. Pero no importa, si tanto te gustan puedes quedarte con ellas.