ㅤ ㅤㅤㅤㅤ𝑃o𝑟 𝑢n i𝑛s𝑡a𝑛t𝑒, d𝑒s𝑒ó a𝑙g𝑜 𝑖n𝑒s𝑝e𝑟a𝑑o. ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [orbit_turquoise_ape_723] ㅤ ㅤ ㅤㅤㅤㅤLas luces del salón titilaban como estrellas totalmente artificiales, reflejándose en el suelo de mármol brillante. Ava caminaba con gracia, sus tacones resonando suavemente en la inmensidad del salón, aunque nadie estaba interesado en escuchar ese sonido. Vestía un deslumbrante vestido negro que la envolvía como un susurro oscuro, con un escote que capturaba miradas y una abertura en la falda que revelaba un atisbo de piel cada vez que daba un paso. Se veía perfecta. Y, sin embargo, se sentía invisible. Un sentimiento con el que estaba familiarizada. La música era suave, música clásica que casi nadie escuchaba porque las conversaciones llenaban el aire. Ava tenía una copa de vino en la mano, más por costumbre que por deseo, y la burbuja de cristal que la rodeaba era tan vacía como todas las otras fiestas. Desde donde estaba, podía ver a su pareja al otro lado del salón, rodeado por un grupo de empresarios. Sus carcajadas eran exageradas, sus gestos amplios, pero Ava sabía que era todo parte de su actuación. Así era siempre. Él estaba donde quería estar, haciendo contactos, construyendo su imperio. Ella, en cambio, no estaba segura de dónde quería estar. Miró a su alrededor. La gente se movía como si representaran una coreografía demasiado ensayada: las mismas risas, los mismos brindis, los mismos cumplidos insípidos. Los hombres en trajes negros. Las mujeres en vestidos de gala que competían por ser el más deslumbrante. Todo era tan... predecible. Al final, suspiró y dejó su copa en una mesa cercana. Su mirada viajó hacia las enormes puertas acristaladas que daban al balcón. Más allá, la noche se desplegaba como una promesa que nadie en ese salón parecía interesarse en descubrir. Por un instante, deseó algo inesperado. Un giro. Un accidente. Un escándalo. Algo, cualquier cosa, que rompiera la monotonía. Con un movimiento decidido -y valiéndose de su propia invisibilidad- caminó hacia el balcón, dejando el ruido de la fiesta tras de sí. El aire fresco de la noche acarició su piel expuesta, y ella cerró los ojos un momento, disfrutando de esa pequeña sensación de libertad. Cuando volvió a abrirlos, se quedó mirando el horizonte. Las luces de la ciudad titilaban a lo lejos, y por un instante, el bullicio del salón quedó completamente apagado en su mente. Se permitió imaginar, aunque fuera solo por un momento, cómo sería estar en cualquier otro lugar. No era una solución, ni una decisión, pero era un respiro. Y esa noche, eso era todo lo que necesitaba. #Personajes3D #3D #Comunidad3D