Una salida inesperada.

Ese día se había levantado muy temprano, tenía que estar en su apartamento ya que la Mansión había quedado hecha un desastre. Tuvo que salir corriendo, agarrada como un saco de patatas por Ryo Kenji. Le gritó con todas sus fuerzas que tenían que volver para salvar a los demás. Le dio patadas y golpes con sus puños pero nada, hasta cree que le dio algún que otro mordisco en el trasero de él (eso le pasa por llevarla de ese modo) pero ese hombre era más cabezota que ella.

Salvaron a las mascotas, Leo, estaba aun dormido en su cama a pierna suelta. Haciendo que esbozara una sonrisa al ver como dormía el cachorro. Se fue para la cocina para prepararse un desayuno, pensando que había mucho que arreglar ya que había quedado todo destruido. Llevaba varios días sin hablar ni ver a Ryo, estaba enfadada con él.

Estaba apoyada en la repisa de la cocina pensando cuando escuchó tras ella la puerta de su apartamento abrirse, levantó la ceja ya que muy pocos sabían dicha dirección. Dejó la taza con mucho cuidado y tomo entre sus manos una sartén. Se iba a defender con uñas y dientes.

Se puso a andar con mucho cuidado intentando ser sigilosa. Para golpear al intruso.

-Salga de mi casa, voy armada. Si no se va, se va arrepentir. Soy una arma letal.

Cerró los ojos para golpear a la persona cuando algo o alguien la agarró de la cintura y la tumbó hacia un lado. Provocando que abriera los ojos como platos por una gran sorpresa.

-¿Qué? ¿Cómo diablos has entrado aquí? ¿Quién te lo ha dicho?

Percatándose de que estaba con un pijama de dos piezas, mostrando su cintura. Sonrojándose aun más.
Una salida inesperada. Ese día se había levantado muy temprano, tenía que estar en su apartamento ya que la Mansión había quedado hecha un desastre. Tuvo que salir corriendo, agarrada como un saco de patatas por [Ryu_Kenji]. Le gritó con todas sus fuerzas que tenían que volver para salvar a los demás. Le dio patadas y golpes con sus puños pero nada, hasta cree que le dio algún que otro mordisco en el trasero de él (eso le pasa por llevarla de ese modo) pero ese hombre era más cabezota que ella. Salvaron a las mascotas, Leo, estaba aun dormido en su cama a pierna suelta. Haciendo que esbozara una sonrisa al ver como dormía el cachorro. Se fue para la cocina para prepararse un desayuno, pensando que había mucho que arreglar ya que había quedado todo destruido. Llevaba varios días sin hablar ni ver a Ryo, estaba enfadada con él. Estaba apoyada en la repisa de la cocina pensando cuando escuchó tras ella la puerta de su apartamento abrirse, levantó la ceja ya que muy pocos sabían dicha dirección. Dejó la taza con mucho cuidado y tomo entre sus manos una sartén. Se iba a defender con uñas y dientes. Se puso a andar con mucho cuidado intentando ser sigilosa. Para golpear al intruso. -Salga de mi casa, voy armada. Si no se va, se va arrepentir. Soy una arma letal. Cerró los ojos para golpear a la persona cuando algo o alguien la agarró de la cintura y la tumbó hacia un lado. Provocando que abriera los ojos como platos por una gran sorpresa. -¿Qué? ¿Cómo diablos has entrado aquí? ¿Quién te lo ha dicho? Percatándose de que estaba con un pijama de dos piezas, mostrando su cintura. Sonrojándose aun más.
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