Si se lo preguntaban, se lo había advertido, no era alguien fácil de tratar, pero ¿por qué no tomar el riesgo?, se habían conocido y había una conexión, aparte de los tratos “sucios” que ambos hacían en su campo, el en bajo mundo del inframundo y ella en el bajo mundo mundano, su sangre, su maldición, lo que él llamaba “hermanos de sangre”. Entonces debía pagar por jugar con fuego y aunque no fue capturada sin pelear, le seguía sorprendiendo que él tuviera más fuerza que la de ella, pero apuestas eran apuestas, si algo tenía Claudia era su honra en la palabra.
Ahora ahí estaba medio furibunda por la pérdida en contra de el albino, maniatada y expectante. Aunque una pregunta rondaba su mente “¿Está es la clase de fetiches que le gustan?”.
Ahora ahí estaba medio furibunda por la pérdida en contra de el albino, maniatada y expectante. Aunque una pregunta rondaba su mente “¿Está es la clase de fetiches que le gustan?”.
Si se lo preguntaban, se lo había advertido, no era alguien fácil de tratar, pero ¿por qué no tomar el riesgo?, se habían conocido y había una conexión, aparte de los tratos “sucios” que ambos hacían en su campo, el en bajo mundo del inframundo y ella en el bajo mundo mundano, su sangre, su maldición, lo que él llamaba “hermanos de sangre”. Entonces debía pagar por jugar con fuego y aunque no fue capturada sin pelear, le seguía sorprendiendo que él tuviera más fuerza que la de ella, pero apuestas eran apuestas, si algo tenía Claudia era su honra en la palabra.
Ahora ahí estaba medio furibunda por la pérdida en contra de el albino, maniatada y expectante. Aunque una pregunta rondaba su mente “¿Está es la clase de fetiches que le gustan?”.