𝙻𝚊 𝚎𝚝𝚎𝚛𝚗𝚊 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊
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Había recibido información de un autoproclamado "Coleccionista Inhacedero" que vivía en la zona y alardeaba tener en su poder una planta casi extinta: Cymbalaria muralis.

Mezclando esta, con belladona, arsénico y plomo resultaba la temida αgυα тσƒαηα

Era una especie de suero de la verdad que producía en quien la tomara un fuerte dolor en el pecho acompañando de espasmos musculares pero sin afectar la conciencia para que la persona que lo consumiera pudiera confesar verdades que en otras circunstancias no lo harían.

Necesitaba la flor para poder preparar la poción que bajo anonimato una mujer con influencias le había solicitado, la paga era buena y además la hechicera obtendría cierta invisibilidad en los territorios circundantes, algo que le servía para seguir trabajando.

Pero cuando iba al encuentro de este famoso coleccionista Sigrid fue interceptada a medio camino por un semi demonio que requería de sus servicios, algo que en el momento a regañadientes aceptó, pero que costó el encuentro con el coleccionista y por consiguiente el poder comprar la planta

En cuanto pudo reorganizó la reunión, sería cerca del mercado en el casco más antiguo de la ciudad; Los lugares públicos para la bruja siempre eran más seguros para transacciones.

No conocía el aspecto del sujeto, pero tenían una palabra clave para identificarse.

Pasaron largas horas... nadie aparecía. Un largo suspiro escapaba de la hechicera un tanto frustrada trataba de decidir si esperar un poco más o volverse a su hogar
𝙻𝚊 𝚎𝚝𝚎𝚛𝚗𝚊 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚊 ═════════════ Había recibido información de un autoproclamado "Coleccionista Inhacedero" que vivía en la zona y alardeaba tener en su poder una planta casi extinta: Cymbalaria muralis. Mezclando esta, con belladona, arsénico y plomo resultaba la temida αgυα тσƒαηα Era una especie de suero de la verdad que producía en quien la tomara un fuerte dolor en el pecho acompañando de espasmos musculares pero sin afectar la conciencia para que la persona que lo consumiera pudiera confesar verdades que en otras circunstancias no lo harían. Necesitaba la flor para poder preparar la poción que bajo anonimato una mujer con influencias le había solicitado, la paga era buena y además la hechicera obtendría cierta invisibilidad en los territorios circundantes, algo que le servía para seguir trabajando. Pero cuando iba al encuentro de este famoso coleccionista Sigrid fue interceptada a medio camino por un semi demonio que requería de sus servicios, algo que en el momento a regañadientes aceptó, pero que costó el encuentro con el coleccionista y por consiguiente el poder comprar la planta En cuanto pudo reorganizó la reunión, sería cerca del mercado en el casco más antiguo de la ciudad; Los lugares públicos para la bruja siempre eran más seguros para transacciones. No conocía el aspecto del sujeto, pero tenían una palabra clave para identificarse. Pasaron largas horas... nadie aparecía. Un largo suspiro escapaba de la hechicera un tanto frustrada trataba de decidir si esperar un poco más o volverse a su hogar
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