Ya se había aburrido de todo lo que pasaba a su alrededor, que decidió aquella tarde, sentarse en el taburete del piano, e interpretar una de sus melodías favoritas de Mozart.

Se preguntaba un poco porque de todas las piezas había elegido para sí misma, la marcha turca como la sublime puesta en escena de su favoritismo, si Chopin o Wagner, tenían canciones más fuertes que iban con su carácter, aun así estaba ahí, dejando que sus dedos hicieran lo suyo, tocaran como si estuviera sentada en las piernas de Lestat cuando era una niña y apenas aprendía, cómo funcionaba un piano.

— Le monde ne change pas, il ne fait que tourner en rond et je suis toujours là, avec le même humour interprétant la magie.— Su cabeza se movía un poco de un lado a otro, ensimismándose en la melodía, por un momento ella era Mozart, por un momento había un público que agradecía cada pausa, cada nota, por un momento no estaba sola.
Ya se había aburrido de todo lo que pasaba a su alrededor, que decidió aquella tarde, sentarse en el taburete del piano, e interpretar una de sus melodías favoritas de Mozart. Se preguntaba un poco porque de todas las piezas había elegido para sí misma, la marcha turca como la sublime puesta en escena de su favoritismo, si Chopin o Wagner, tenían canciones más fuertes que iban con su carácter, aun así estaba ahí, dejando que sus dedos hicieran lo suyo, tocaran como si estuviera sentada en las piernas de Lestat cuando era una niña y apenas aprendía, cómo funcionaba un piano. — Le monde ne change pas, il ne fait que tourner en rond et je suis toujours là, avec le même humour interprétant la magie.— Su cabeza se movía un poco de un lado a otro, ensimismándose en la melodía, por un momento ella era Mozart, por un momento había un público que agradecía cada pausa, cada nota, por un momento no estaba sola.
Me gusta
Me encocora
4
0 turnos 0 maullidos 259 vistas
Patrocinados
Patrocinados