ππππΜππππ π
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ππππππππ ππ π‘ππ π πππ... ππ’π π ππ ππ ππππ£π ππ πππ ππππ‘ππππ ππ’π ππ πππππ . ππ ππ ππππ ππ ππ ππππ ππ ππ πππππ’π ππ’ππ π. ππ ππ π‘πππ π¦ π‘π’Μ πππ ππππ ππ π£πππππ π‘π...
El anillo de camino con su dueño.
Su corazón desconectado una vez más.
No sentía nada... como si de pronto algo en su interior hubiera hecho "click" y... adiós dolor, adiós recuerdo, no más lágrimas.
Los sentimientos podían ser un arma de doble filo y una ventaja al enemigo. Se permitió sentir pero de formas crueles como sólo su vida podía enseñarle... Le demostró una vez más que estaba mejor sola.
ππ πππππΜ π‘ππππ πππ πππ‘ππ .
πΈπ π‘πππ’πππ ππ ππ’ππΜ...
πΆππ π’ππ ππππβπππ π‘π πππ£πππ...
Se sacó el atuendo que había destinado especialmente para un evento al que asistiría con Ryan, su compañero.
Por obvias razones no lo harían, ella no estaba para disfrutar, aún podía sentir el aturdimiento, el dolor, su respiración pesada y un picor en los ojos con el que lucharía porque no iba a derramar ni un céntimo de lágrima.
Ryan estaba al tanto de lo sucedido y nada contento pero sabía que no actuaría por el ardid del momento, se abocaría a permanecer con ella como su sombra.
No era la primera vez que algo la hería y desde que Kiev los hizo compañeros se unieron de tal forma que sólo ellos se entendían en su dolor, en su locura, en sus pesadillas y traumas.
Se apoyaban.
Cuidaban sus espaldas.
Caían juntos en picada.
Un equipo.
Estaba en ropa interior, lista para ponerse su pijama que consistía en un pantalón a cuadros negros y rojos que iba a juego con una playera negra de mangas cortas; muy varonil pero cómoda y funcional. Los conjuntos de colores chillones eran para otras ocasiones.
Dejó las prendas sobre la cama, luego las tomó y se colocó de a una con cuidado.
Estaba por acomodar la playera cuando un ruido en la ventana la puso en alerta.
No era Ryan por dos motivos:
1. Esa no era la señal que ellos tenían.
2. ¿La ventana? Él derribaría la puerta.
Sus yemas alcanzaron a rozar su arma pero el sujeto de la ventana fue más rápido; terminó de invadir su habitación y la lanzó contra el suelo. Con el impulso de un cuerpo corpulento el golpe se escuchó bastante fuerte; aún así la joven se repuso tan rápido como pudo y le asestó un par de golpes que lo hicieron tambalear. Pudo haber hecho más pero ingresaron dos pares más de hombres.
Entre ellos estaban Killian y otro ser infernal que podría reconocer a kilómetros.
Se habían aliado.
Estaba jodida.
—Mierda...
Ojos demoníacos y sonrisa afilada.
Killian estaba disfrutando del momento, su cacería había dado fin.
Sin salida y por terquedad trató de dar pelea un instante.
Lo hizo.
Después un golpe en el sitio correcto y la noquearon.
Cayó de cara al suelo y ahí se quedó hasta que entre sueños escuchó a Ryan gritando y tratando de entrar.
Quería decirle que se fuera, que se salvara del infierno que vendría pero no podía, estaba atrapada en las sombras.
El rubio ingresó y casi podía sentir como el socio de su verdugo saboreaba el instante.
Segundo noqueo.
Ahora ambos, atrapados en sus respectivas sombras, serían llevados a lo que sería el evento del año.
πΈπ π‘ππ¦ πππππ π πππ. π΄π’πππ’π, ππ π£ππ§ ππ ππ’ππππ, πππππ‘π ππ’π π‘π πππππ π... π‘π’ ππππ’ππππ ππ ππ πππππ‘π, ππ π’π ππππππ‘π.
ππ’ππ π π π‘π ππππ ππ πππππ’π ππ ππ πππππ... π‘π ππ’ππππ...
Esa canción aún resonaba en su mente como soundtrack de inicio a su momento infernal.
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Se sacó el atuendo que había destinado especialmente para un evento al que asistiría con Ryan, su compañero.
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Ryan estaba al tanto de lo sucedido y nada contento pero sabía que no actuaría por el ardid del momento, se abocaría a permanecer con ella como su sombra.
No era la primera vez que algo la hería y desde que Kiev los hizo compañeros se unieron de tal forma que sólo ellos se entendían en su dolor, en su locura, en sus pesadillas y traumas.
Se apoyaban.
Cuidaban sus espaldas.
Caían juntos en picada.
Un equipo.
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Dejó las prendas sobre la cama, luego las tomó y se colocó de a una con cuidado.
Estaba por acomodar la playera cuando un ruido en la ventana la puso en alerta.
No era Ryan por dos motivos:
1. Esa no era la señal que ellos tenían.
2. ¿La ventana? Él derribaría la puerta.
Sus yemas alcanzaron a rozar su arma pero el sujeto de la ventana fue más rápido; terminó de invadir su habitación y la lanzó contra el suelo. Con el impulso de un cuerpo corpulento el golpe se escuchó bastante fuerte; aún así la joven se repuso tan rápido como pudo y le asestó un par de golpes que lo hicieron tambalear. Pudo haber hecho más pero ingresaron dos pares más de hombres.
Entre ellos estaban Killian y otro ser infernal que podría reconocer a kilómetros.
Se habían aliado.
Estaba jodida.
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Ojos demoníacos y sonrisa afilada.
Killian estaba disfrutando del momento, su cacería había dado fin.
Sin salida y por terquedad trató de dar pelea un instante.
Lo hizo.
Después un golpe en el sitio correcto y la noquearon.
Cayó de cara al suelo y ahí se quedó hasta que entre sueños escuchó a Ryan gritando y tratando de entrar.
Quería decirle que se fuera, que se salvara del infierno que vendría pero no podía, estaba atrapada en las sombras.
El rubio ingresó y casi podía sentir como el socio de su verdugo saboreaba el instante.
Segundo noqueo.
Ahora ambos, atrapados en sus respectivas sombras, serían llevados a lo que sería el evento del año.
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Esa canción aún resonaba en su mente como soundtrack de inicio a su momento infernal.