«Espero que 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 no se asuste por el aspecto el día de hoy, cuando venga a visitarme y seguir con el acuerdo... »pensé mientras disfrutaba de una sandía a mis anchas.

Jamás había sido una mujer que comiera fina o como una dama, ni cumplía expectativas femeninas, apenas y me gustaban usar vestidos o faldas, pero tacones eran algo de mi gran disgusto. En fin, este creo que es es el segundo día que la poción defectuosa está durando, por lo que, he preferido mejor calmarme por recomendación de Sigma Windwritter , que agobiarme. Después de todo, estoy cultivando y haciendo madurar otra mandrágora para que esta incómoda situación no ocurra de vuelta. Ademas debo ir al pueblo para comprar ciertos ingredientes que ya se me acabaron, hacer el antídoto está siendo más tedioso que de costumbre.

«Ay, me preocupa la reacción de la señorita Elizabeth...»pensé mientras seguía comiendo el feroz pedazo de sandía. Disfrutando del manjar y del calor de este día soleado, siempre bajo el árbol y con mi tienda ambulante "El espejo del bosque", abierta para todo cliente.

—Ñam, ñam... —se escuchaban sonidos pequeños de cuando mordía la zona rojiza de la sandía.

Mis orejas se movían lentas y atentas, mi expresión solo reflejabq disfrute y paciencia, pensando en el horizonte.
«Espero que [Liz_bloodFlame] no se asuste por el aspecto el día de hoy, cuando venga a visitarme y seguir con el acuerdo... »pensé mientras disfrutaba de una sandía a mis anchas. Jamás había sido una mujer que comiera fina o como una dama, ni cumplía expectativas femeninas, apenas y me gustaban usar vestidos o faldas, pero tacones eran algo de mi gran disgusto. En fin, este creo que es es el segundo día que la poción defectuosa está durando, por lo que, he preferido mejor calmarme por recomendación de [Sigmaleo25] , que agobiarme. Después de todo, estoy cultivando y haciendo madurar otra mandrágora para que esta incómoda situación no ocurra de vuelta. Ademas debo ir al pueblo para comprar ciertos ingredientes que ya se me acabaron, hacer el antídoto está siendo más tedioso que de costumbre. «Ay, me preocupa la reacción de la señorita Elizabeth...»pensé mientras seguía comiendo el feroz pedazo de sandía. Disfrutando del manjar y del calor de este día soleado, siempre bajo el árbol y con mi tienda ambulante "El espejo del bosque", abierta para todo cliente. —Ñam, ñam... —se escuchaban sonidos pequeños de cuando mordía la zona rojiza de la sandía. Mis orejas se movían lentas y atentas, mi expresión solo reflejabq disfrute y paciencia, pensando en el horizonte.
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