—Si alguna vez estás dispuesto a vender tu alma, no te molestes en vendérsela a otro ser humano. Es un mal negocio, no vale la pena ni tenerlo en cuenta.—
—Si alguna vez estás dispuesto a vender tu alma, no te molestes en vendérsela a otro ser humano. Es un mal negocio, no vale la pena ni tenerlo en cuenta.—